San Cono, criatura angelical llamado a servir a Dios
y que ahora, por tus virtudes, habitas en el Cielo,
nos alegramos de la gloria singular
que gozas en el paraíso Celestial;
nos congratulamos de los especialísimos
dones
que recibiste por bondad y misericordia Divina,
dones maravillosos y grandes
que antes de tu nacimiento fueron vaticinados,
que antes de tu nacimiento fueron vaticinados,
y durante esta vida terrena siempre
te acompañaron;
y por ello damos las más vivas
gracias a Dios
que en su infinita benevolencia y
ternura,
y, por su infinita bondad, te los concedió.
y, por su infinita bondad, te los concedió.