Gloriosa Santa Ana, mujer virtuosa y de fe plena,
dignísima madre elegida por Dios
para llevar en tu seno a la Reina de los Cielos,
hoy quiero honrarte con especial devoción.
Te escojo, después de la Santísima Virgen,
por mi madre espiritual y protectora,
te escojo confiadamente como mi defensora
en los problemas y adversidades que me afligen.