ORACION A SANTA LUCIA PARA PETICIONES DIFICILES Y URGENTES

¡Oh Dios!, Padre de infinito amor y bondad, 

nuestro Creador y Redentor,

escucha nuestras plegarias con misericordia

al venerar a Tu sierva Santa Lucía,

por la luz de la fe que derramaste sobre ella.

Con Tu bondad,

danos la capacidad de aumentar

y preservar esa misma luz en nuestras almas,

para que podamos evitar el mal, hacer el bien

y aborrecer la ceguera y la oscuridad

producto del mal y del pecado.

Confiando en Tu misericordia,

¡Oh Dios!,

hacia ti elevamos esta plegaria,

humildemente te pedimos,

por la intercesión de Tu sierva Santa Lucía,

que nos socorras en nuestras necesidades,

en especial esta que te presentamos:

(haz ahora tu petición confiadamente). 

Dios justo y todopoderoso,

te suplicamos nos envíes tu pronta ayuda

así como la protección y el bienestar

 para nuestras familias

y para todas aquellas almas

que están afligidas y desalentadas, 
aleja de nosotros las ruinas y carencias, 
las enfermedades y peligros, 

y que nos brindes perfecta visión a nuestros ojos,

para que puedan servir a Tu honra y gloria,

y por la salvación de nuestras almas en este mundo,

para gozar de la luz perenne

del Cordero de Dios en el Paraíso.

Santa Lucía, virgen y mártir,

 te rogamos encarecidamente,

 que nos ayudes a superar las dificultades de esta vida,

se nuestra mediadora en esta difícil situación,

y obtennos de Dios Padre lo que con fe solicitamos.

Amén. + 

Rezar, pidiendo la valiosa intercesión

 de la gloriosa virgen y mártir santa Lucia,

el Credo, Padrenuestro, Avemaría y Gloria. 

La oración y los rezos se hacen tres días seguidos. 

NOTAS SOBRE LA VIDA DE SANTA LUCIA 

Su nombre significa "iluminada, portadora de luz", y, aunque se le impuso ese nombre en honor a su padre Lucio, fallecido cuando Lucia contaba pocos años, su vida fue resplandeciente a los ojos de Dios. 

Santa Lucia de Siracusa, virgen y mártir nació a finales del siglo II y murió martirizada al principio del IV, cuando apenas contaba con 21 años de edad. 

Su familia era adinerada y la educó en la religión cristiana, inculcando en ella la fe y la caridad hacia los demás. La santa había hecho voto de pobreza (entregó sus posesiones a los mas pobres) y de castidad, pero su madre, queriendo buscarla un futuro próspero, no hizo caso de su voto de virginidad y la comprometió con un joven de clase alta que adoraba a los dioses romanos a lo que la santa se negó. Era una época en que los cristianos eran perseguidos, y su prometido, al ser rechazado por Lucia, en venganza la denunció. Fue arrestada y obligada a renunciar a la fe cristiana, pero no lo consiguieron y Lucia fue objeto de crueles martirios. Pero, con la ayuda de Dios y la fortaleza de la santa, salió ilesa. 

Pasó por humillaciones, golpes, incluso intentaron quemarla, pero prodigiosamente pasó por todas las pruebas y sus verdugos la acusaron de brujería. Ella se mantuvo firme y seguía diciendo que veía a Jesucristo, por lo que le fueron arrancados los ojos y días después la degollaron.   

Según antiguas leyendas y escritos, mientras estaba en la celda santa Lucia recibió la visita de la Virgen María, que la consoló, fortaleció su espíritu y le devolvió la vista dotándola de unos hermosos nuevos ojos, por lo que es aclamada mundialmente como abogada de los ciegos. En las representaciones, aunque aparece con ojos propios lleva en las manos una bandeja en la que hay dos ojos. 

Patrona y protectora de: los niños, (sobre todo los que tienen necesidades o están enfermos), de los ojos, de la vista, de los invidentes, de los oftalmólogos, de los fotógrafos, modistas y sastres, trabajadores del cristal, agricultores, vendedores, escritores. Se la invoca para protección contra enemigos y males, en las dificultades económicas, en especial de los niños, enfermedades de los ojos, hemorragias, infecciones de garganta y de los pulmones.