¡Oh poderosísimo
abogado mío,
y especialísimo
protector, San Pascual!
en este día llego ante vos lleno de ilusión,
os entrego mis sinceros y mejores afectos
y os aclamo por los muchos favores
que a través vuestro Dios ha concedido,
llego con la esperanza puesta en vuestro auxilio
y me ofrezco como
vuestro devoto y perpetuo siervo-a.
Me regocijo de la
gloria que en el cielo gozáis,
y de cuanto el
Señor os ha honrado en la tierra,
haciendo vuestro
nombre así glorioso
por medio de
tantos y tan maravillosos milagros.
San Pascual
bienaventurado os suplico,
por los muchas gracias que de Dios habéis
recibido,
y por la devoción
y amor grande que tuvisteis
durante vuestra santa vida,
al augusto Sacramento del altar y a María
Santísima,
me toméis bajo
vuestro especial patrocinio,
pidiéndoos como por principal gracia,
la consecución de la
salud eterna de mi alma.
Glorioso san
Pascual Bailón,
vos que tanto bien
hicisteis en la tierra,
y que con continuos prodigios y milagros,
continuáis
haciendo desde el Cielo
ayudadme en mis
dificultades,
dadme consuelo y
socorro en mis carencias y miserias,
dadme alivio y auxilio
en mis graves necesidades,
que se acaben mis problemas de dinero y vivienda,
que se acaben mis problemas de dinero y vivienda,
mediad os ruego con todo mi ser
ante vuestro amado Jesús Sacramentado
ante vuestro amado Jesús Sacramentado
y su Madre, la Santísima virgen María,
para que pueda
obtener lo que tanto preciso:
(hacer la
petición).
¡Oh gloriosísimo
Padre mío San Pascual!
ya que fuiste en
vuestra vida un Ángel en las costumbres,
sin haber perdido
jamás el candor de la pureza
é inocencia bautismal,
humildemente os
suplico vuestra ayuda,
protegedme ante las
enfermedades y peligros,
libradme de males
y enemigos
y conseguidme cuanto
os pido
si es de utilidad
a mi alma.
San Pascual
bendito,
ponedme para
siempre bajo vuestro patrocinio,
y conseguidme
finalmente, os ruego,
todas aquellas
virtudes que me son necesarias
para hacer un
feliz tránsito á la otra vida,
donde para siempre
ame,
bendiga y alabe al
Señor por infinitos siglos.
Amén. +
Reza con mucha devoción y fe,
tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Repite la oración, junto a los rezos que se indican
Reza con mucha devoción y fe,
tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Repite la oración, junto a los rezos que se indican
por tres días seguidos,
y, sí tus necesidades son muy urgentes de resolver,
haz la oración durante nueve días seguidos.
NOTAS SOBRE ESTE GRAN SANTO
Nació en España en el año 1540. Desde muy niño fue pastor, y a los 24 años ingresó en un convento franciscano. Durante toda su vida fue humilde, alegre y cariñoso con todos, y, pese a su pobreza, lo poco que tenía lo daba a alguien más necesitado, incluso su habito y sandalias.
De niño siendo pastor, ya hacía sus mortificaciones. Por ej. la de andar descalzo por caminos llenos de piedras y espinas. Y cuando alguna de las ovejas se pasaba al potrero del vecino le pagaba al otro, con los escasos dineros que le pagaban de sueldo, el pasto que la oveja se había comido.
A los 24 años pidió ser admitido como hermano religioso entre los franciscanos. Al principio le negaron la aceptación por su poca instrucción, pues apenas había aprendido a leer. Y el único libro que leía era el devocionario, el cual llevaba siempre mientras pastoreaba sus ovejas y allí le encantaba leer especialmente las oraciones a Jesús Sacramentado y a la Santísima Virgen María.
Como religioso franciscano sus oficios fueron siempre los más humildes: portero, cocinero, mandadero, barrendero. Pero su gran especialidad fue siempre un amor inmenso a Jesús en la Santa Hostia, en la Eucaristía.
Durante el día, cualquier rato que tuviera libre lo empleaba para estarse en la capilla, de rodillas con los brazos en cruz adorando a Jesús Sacramentado. Por las noches pasaba horas y horas ante el Santísimo Sacramento. Cuando los demás se iban a dormir, él se quedaba rezando ante el altar. Y por la madrugada, varias horas antes de que los demás religiosos llegaran a la capilla a orar, ya estaba allí el hermano Pascual adorando a Nuestro Señor.
Su amor por la Virgen fue tan grande que "hablaba" con Ella y le dedicaba bailes pastoriles. En más de una ocasión le vieron danzar delante de Ella, pero lo hacía con tal devoción que nadie, ni los demás hermanos franciscanos le decían nada ni se burlaban de él. Es tradición bailar, aunque sea unos pasos, como homenaje a San Pascual, cuando el favor que se ha pedido por su intercesión es concedido.
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