lunes, 24 de mayo de 2021

TESTIMONIOS REALES DE UNA PRESENCIA ANGELICAL


Aquí narraremos varias experiencias con entidades angelicales manteniendo el anonimato de nuestros testigos a petición suya. Esperamos que os sirvan de ayuda e inspiración:

Relato de una mujer: "Mi experiencia con los ángeles tuvo lugar cuando nació mi primer hijo. El médico obstetra que me atendía, un especialista de gran fama me había dicho que el niño debía nacer el 4 de julio; pero esta fecha pasó sin incidencia alguna y a mediados del mes, el niño aún, pese a lo mucho que le deseábamos, no había nacido. 
Por fin, a finales de éste, el Doctor, ya preocupado, decidió llevar a cabo una cesárea. Entré a la sala de operaciones a las once de la mañana y el niño nació pocos minutos más tarde sin contratiempos. Pero después de su nacimiento se desarrollaron complicaciones inesperadas y comencé a sangrar internamente. Ninguno de los esfuerzos del excelente grupo de médicos que estaba conmigo podía detener la hemorragia. Alrededor de la una de la tarde desperté del coma en que estaba sumergida para encontrarme en un lago de sangre. Sentí entre sueños como las enfermeras me levantaron en vilo para pasarme a otra camilla y volví a perder el conocimiento. 

Desesperado ya por salvarme, el Doctor decidió llamar a uno de sus colegas, un obstetra que tenía una sólida reputación en casos parecidos. Este médico residía en Nueva Jersey y no había tiempo, dada la gravedad del caso, a que viajara a Nueva York a unirse al grupo de médicos que estaban conmigo. De modo que se vio limitado a dar el tratamiento que él sugería por teléfono a mi doctor. Este tratamiento era algo que no se había usado en muchos años en la medicina obstétrica, pero era la última posibilidad que había de salvarme la vida. 

Mi doctor siguió las recomendaciones de este gran médico y de esta manera pudieron detener la hemorragia. Yo no recuerdo su nombre pero gracias a él aún estoy viva, por lo que le estoy profundamente agradecida. 

Alrededor de las seis de la tarde recuperé de nuevo el conocimiento y al abrir los ojos, vi directamente sobre mí, el rostro de un ángel que me sonreía tiernamente. Su cabello era rubio como el Sol y rodeaba su cara como una aureola de oro. La impresión que recibí fue tan fuerte que empecé a llorar de la emoción. De inmediato desapareció la imagen y me encontré de nuevo en la sala de operaciones, rodeada de enfermeras y médicos, todos felices y radiantes, porque me habían podido salvar la vida. ¿Adónde fui mientras estuve en coma? ¿Estuve acaso en el cielo y el ángel vino a traerme de regreso a la Tierra para cuidar de mi niño recién nacido? Nunca lo sabré, pero el recuerdo de ese hermoso rostro lleno de amor nunca se borrará de mi memoria. Esta fue la primera de mis muchas experiencias con los ángeles". 

Otra experiencia narrada por una mujer: "una tarde, estando mi esposo trabajando, me acosté a dormir una siesta con mi niño, un bebe de 9 meses, a mi lado. Una hora más tarde, mi madre entró al cuarto para ver si aún seguía durmiendo. La visión con la que se enfrentó por poco la hizo perder el sentido, ya que al lado de la cama donde yo descansaba con el niño estaba parado un ángel de una estatura inmensa y alas blancas como la nieve que llegaban hasta el techo. 

El ángel tenia en la mano una espada que despedía rayos de luz la cual había extendido sobre el niño y sobre mí en actitud protectora. Estaba vestido con armadura y sandalias romanas blanquísimas que le llegaban hasta las rodillas y su túnica era corta y de un blanco refulgente. 

Llena de pavor, con las rodillas temblorosas, mi madre salió del cuarto caminando de espaldas hasta cerrar la puerta. Cuando estuvo de regreso en su cuarto, se desplomó en una silla temblando como el azogue. Al poco rato me desperté y ella me contó su experiencia extraordinaria. En su opinión, el ángel que había visto a mi lado había sido el Arcángel Miguel. Desde ese momento y a través de toda mi vida, no sólo yo, sino varios miembros de mi familia, hemos tenido profundas experiencias con Miguel. 

Esta otra experiencia es un joven de 22 años quien la relata: era de noche, recién había terminado de trabajar en una cafetería y me dirigía a casa en el coche de un compañero de trabajo. De pronto vi en el medio de la carretera una figura luminosa, de largos cabellos, vestida con una túnica blanquecina y con los brazos en alto, como si quisiera que parasemos, enseguida le pedí a mi compañero que frenara pero el me dijo que no veía nada ni nadie, aun así aminoró la velocidad. La verdad es que, para mi sorpresa, pasamos de largo sin que nada nos lo impidiera, pero unos cien metros más adelante, en medio de la carretera, estaban dos coches que habían chocado, gracias a que circulábamos a muy poca velocidad pudimos parar enseguida. Dentro de uno de los coches había dos niños heridos y su madre, también con daños, nos dijo que había rezado a Dios y le había pedido que enviara a uno de sus ángeles para que les ayudara. En el otro auto estaba una señora aparentemente sin heridas pero estaba conmocionada y no reaccionaba. Hicimos una llamada telefónica y enseguida llegaron dos ambulancias.
 
Si no hubiera visto esa "figura angelical" que nos advertía del peligro nosotros también hubiéramos colisionado con los coches accidentados y no habríamos conseguido auxilio para los niños y su madre, y lo más importante y curioso de este episodio es que yo llevo colgada al cuello una medalla del Ángel de la Guarda que me regaló mi abuela cuando cumplí los 7 años pues me cuentan que cuando era más pequeño,  y durante casi un año, no dejaba de decir que jugaba y hablaba con un amigo que relucía, un joven que tenía en la espalda alas de plumas e iba vestido con una camisa blanca que le llegaba a los pies". 

Este otro testimonio es de un señor de 67 años que recientemente había enviudado y se encontraba solo en su casa: "después de hacer una cena frugal me senté en el sillón dispuesto a ver algo en la televisión, de pronto me sentí mareado, sudoroso, con un fuerte dolor en el pecho y con la visión borrosa, me asusté mucho y lo primero que me vino a la mente, pese a que me sentía confuso, fue llamar a mi mujer y pedirle que me ayudara. Entonces la habitación se iluminó y de pronto vi un ángel con las alas extendidas frente a mí, llevaba una llama o vela encendida en una de sus manos y con la otra extendida me pedía calma. Respiré profundamente y note que sus rayos me envolvían y daban fuerzas. Pese al dolor tan profundo que sentía, note dentro de mí una profunda paz que me hizo recuperar en cierto modo la consciencia. Como tenía a mi alcance el teléfono marqué el numero de emergencias y enseguida me atendieron y en pocos minutos estaban en mi casa. Me llevaron al hospital y ya no recuerdo nada más hasta que me desperté unas horas después en una cama de hospital atendido por una enfermera y un médico muy atentos que me preguntaban por "el ángel" que había visto y que no dejaba de nombrar.  

Me dijeron que había sufrido un infarto y que si no hubiera llamado tan rápido podría haber muerto. Me he recuperado perfectamente y ahora veo la vida con más entusiasmo pues se que tengo conmigo a alguien que me acompaña y vela por mí, y aunque sigo echando en falta a mi querida esposa, me han vuelto las ganas de vivir y dedico mi tiempo a los demás colaborando en la parroquia a la que asistía junto a ella, de este modo sé que mi vida es útil y yo me siento feliz por poder ayudar a los más desfavorecidos. 

He pensado mucho en lo que me pasó y estoy convencido que mi esposa envió al ángel que me salvó, Ella durante toda su vida confió fervientemente en los Ángeles y todas las noches, antes de acostarse, encendía una vela y rezaba a Dios, le pedía con todo su corazón que no dejara de protegernos con sus Ángeles. Yo era incrédulo pero a partir de este hecho no he dejado ni un solo día de agradecer a Dios que pusiera un Ángel en mi camino y así se lo hago saber a los que me rodean y a los que quieran escuchar mi extraordinaria experiencia".  
 

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