viernes, 2 de abril de 2021

CREACIÓN DE LOS ÁNGELES Y DESCRIPCIÓN DE SU IMAGEN



De acuerdo a fuentes canónicas todos los Ángeles fueron creados simultáneamente por Dios. Y por esto los Ángeles son seres inmortales pero no eternos ya que la eternidad es un atributo que solo le pertenece a Dios. Al final del universo, cuando se extingan todos los soles y todas las estrellas y galaxias, los ángeles también se extinguirán, pero mientras exista el universo su existencia es permanente. 

Los ángeles son superiores a los seres humanos y fueron dotados de una gran inteligencia al ser creados. 
En el momento de la creación Dios dotó a los Ángeles y a Adán con voluntad propia y libre albedrío. Adán retuvo esta libertad de acción, pero los ángeles renunciaron a ella, entregando su voluntad al Creador. 

Es por esto que el ángel es un ser de tal dedicación a la voluntad divina. Los ángeles que decidieron retener su libre albedrío pecaron finalmente contra el Creador y su pecado primordial fue el del orgullo. Estos son los ángeles caídos. 

La función principal de los ángeles es adorar a Dios y llevar a cabo sus mandatos en la tierra y el universo. Entre sus otras funciones están la de proteger a los fieles, castigar la maldad y destruir el poder de los espíritus maléficos. 

Al nacer, a todo ser humano se le es asignado un ángel guardián, quien permanece junto a esa persona mientras ésta obedece los designios divinos y huye cuando comete pecados mortales. En el Antiguo Testamento se les describe como "mensajeros del Señor", "seres sagrados o celestiales", "las huestes del Señor o las huestes celestiales". A menudo sirven como intermediarios entre Dios y la humanidad. 

La angelología nos enseña que existe una clase especial de ángeles llamados las Ephémeras o Efémeras, que son creados por Dios al comienzo de cada día para que entonen el Triságono Sagrado o Te Deum. Tan pronto terminan de cantar las alabanzas al Creador, la Efémeras retornan a formar parte de la luz divina.

Angelofanía 

Los ángeles son seres incorpóreos pero a veces toman la forma de seres humanos para llevar a cabo mandatos divinos. En el Antiguo Testamento aparecen por primera vez en el capítulo 3 de Génesis, como el Querubín que guarda la entrada al Jardín del Edén con una espada llameante. Más tarde, en el capítulo 18, tres ángeles se le aparecieron al Patriarca Abraham mientras éste estaba sentado en la entrada de su tienda. En el capítulo 22 un ángel se le apareció a Abraham para detener el sacrificio de su hijo Isaac; y en el capítulo 28, Jacobo vio en sueños una escalera que llegaba al cielo por donde subían y bajaban una gran cantidad de ángeles. 

Estas visiones de los ángeles se conocen como angelofanías y han tenido lugar, no solo en la Biblia, sino en la vida real de infinidad de personas. Uno de los casos más conocidos es el del Papa Gregorio el Grande, quien dijo haber visto al Arcángel Miguel descender sobre el mausoleo del Emperador Adrián, durante una terrible plaga en Roma. El Papa interpretó la visión como una indicación de que la plaga iba a terminar pronto, como efectivamente sucedió. 

Para conmemorar el milagro, Gregorio el Grande le cambió el nombre al mausoleo, el cual pasa a llamarse Castel Sant'Angelo, o Castillo del Santo Ángel, en honor a Miguel. 

Entre los profetas que fueron visitados por los ángeles estuvieron Isaias, Ezekiel, Eliceo, Daniel y Zacarías. 

Un ángel anunció el nacimiento de Jesús a la Virgen María y los apóstoles Pedro y Pablo fueron también visitados por estos mensajeros celestiales. La Biblia solo menciona los nombres de tres ángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, pero se sabe que sus números se cuentan en los "millones de millones", según nos dice el profeta Daniel en el capítulo 7 de su libro en el Antiguo Testamento. 

Muchos teólogos han intentado determinar cuantos ángeles hay en existencia. Un quodlib o adivinanza muy conocida pregunta cuantos ángeles pueden bailar en la punta de una aguja. La contestación es que todos ya que son puro espíritu y no ocupan espacio alguno.

Alrededor del siglo XIV un cabalista hebreo calculó, siguiendo las reglas de la Gematría o numerología cabalística, que existen 301,655,722 en el universo. Alberto Magno también hizo sus cálculos y propuso que existían 6,666 legiones en cada coro de ángeles y 6,666 ángeles en cada legión. Según estos cálculos existen más de cuatrocientos millones de ángeles. Pero ninguno de estos números parecen ser muy acertados si consideramos que cada estrella es un ángel según nos dice San Juan en Revelaciones y Clemente de Alejandría en su libro la Stromata. 

La astronomía nos dice que existen billones de soles o estrellas en nuestra galaxia solamente y billones de galaxias en el universo. Esto tiende a indicar que si San Juan y Clemente de Alejandría están en lo cierto, el número de ángeles en existencia es incontable. De manera que con toda seguridad fue el profeta Daniel el que más acertado estuvo en el cálculo de los ángeles cuando nos dijo que sus números se elevan a millones de millones. 

Como los ángeles fueron creados en el momento de la creación, sus números son siempre los mismos. Es decir, Dios no crea ángeles nuevos de día en día, con la excepción de las Efémeras. 

La cantidad de ángeles que existe en nuestros tiempos modernos es la misma que existió en el comienzo de la creación. A pesar de la inmensa cantidad de ángeles que existen en el universo, son muy pocos cuyos nombres son conocidos. El profeta Enoch menciona los nombres de 150 ángeles en su libro pero de otras autoridades eclesiásticas y no eclesiásticas se han podido recopilar muchos miles más.

En esta web solo vamos a presentar los ángeles más conocidos, incluyendo los ángeles que rigen los siete cielos, los signos zodiacales, los planetas y las ordenes angelicales. Las biografías de los ángeles que también formaran parte de este web incluye cerca de mil ángeles.

La imagen del ángel 

Nuestro concepto sobre la apariencia de un ángel, conocida como su imagen telemática, es decir la visión que tenemos de ellos, ha evolucionado a través de los siglos hasta asumir un aspecto tan popularizado que es reconocido y aceptado por todo el mundo. 

Esta imagen del ángel es concebida como la de un ser de forma etérea, generalmente de cabellos claros y ondulados, vestido con una túnica blanca y un manto drapeado que flota en el espacio detrás del ángel. Esta figura siempre tiene unas alas inmensas desplegadas y está rodeada de un halo o resplandor deslumbrante. 

El ángel casi siempre se percibe descalzo, pero algunos tienen sandalias. A menudo tiene una corona o diadema dorada en la cabeza y puede llevar un libro, una espada, una flor o un instrumento musical en las manos, dependiendo de la misión que le ha sido asignada en la tierra.

Las alas de los ángeles son un símbolo de su poder divino y de su espiritualidad. Las primeras figuras aladas aparecieron en Caldea, en la ciudad de Ur, de donde proviene la imagen de un ángel descendiendo a la tierra y vertiendo el agua de la vida en la copa de un rey. Y en Mesopotamia se creía que los dioses habitaban en el cielo y tenían alas como los pájaros. 

Los griegos y los romanos absorbieron este concepto de seres alados, concibiendo a los mensajeros de los dioses con alas, como el dios Hermes entre los griegos y Mercurio entre los romanos, una figura que tenía alas en los pies. 

Los judíos, que vivieron mucho tiempo bajo el dominio de los babilonios, expresaron el concepto de los ángeles como seres alados a través de todo el Viejo Testamento. 

Los Serafines, que cuentan con el mayor número de alas, aparecen con seis, mientras que los Querubines tienen cuatro. 

El Nuevo Testamento también describe a los ángeles con alas, y el Evangelio según San Lucas describe a los ángeles revoloteando sobre el pesebre durante la Natividad. 

San Juan también describe a los ángeles con alas en el Libro de Revelaciones. Pero no fue hasta el reinado del Emperador Constantino alrededor del año 312 D.C., que los ángeles comenzaron a ser pintados con alas en el arte.

Las aureolas de luz se ilustran claramente en esta porción de la pintura de Fra Angélico, La coronación de la Virgen. La Uffizi, Florencia. cristiano. Esta característica de los ángeles continuó usándose en el arte a través de los siglos y culminó con los maravillosos óleos de estas  entidades celestiales durante el Renacimiento.

Muchas personas especulan que el tamaño de las alas de un ángel de estatura mediana tendrían que sobrepasar de 30 pies de largo  para poder sostener su peso y elevarlo del suelo y así poder volar.

Varios libros recientes han hecho estimaciones detalladas sobre las dimensiones que tendrían que tener las alas del ángel y en uno de ellos, el autor calcula que el largo del ala nada más, debe ser de entre 36 a 120 pies en un ángel de más de seis pies de estatura. Pero estos cálculos están basados en el concepto de un ángel con un cuerpo sólido como el de un ser humano y los ángeles son espíritu puro, no tienen cuerpos físicos, solo la apariencia de este. 

Si concebimos al ángel como una entidad espiritual, que solo se manifiesta con apariencia física para ser percibido por un ser humano, entonces las alas no tienen que tener dimensiones específicas ya que solo son un símbolo de su identidad celestial. 

El ángel puede transportarse del cielo a la tierra solo con el poder de su voluntad, con la velocidad del pensamiento, ya que un ángel es un concepto, una idea, una ley cósmica, y como tal es instantáneo, y su velocidad es más rápida que la de la luz. 

El halo o nimbo (nube) de luz que rodea las cabezas de los ángeles en muchas pinturas, y en algunos casos su figura entera, data de alrededor del siglo quinto de la era cristiana. El halo, que también rodea las figuras de Jesús, la Virgen María y los santos, es un símbolo de la gran luz divina emanada por estos seres sagrados y puede ser identificada con el concepto del aura que en el ser humano también existe, aunque no tan poderosa como la de los espíritus de luz. 

En muchas pinturas medievales de los ángeles, el halo es delineado como una aureola con rayos de luz que rodean sus cabezas. Esta aureola es rodeada de otro círculo formado con florecitas de cuatro pétalos. El halo fue también usado por artistas griegos y romanos del periodo precristiano como símbolos del dios sol Helios, y de los emperadores romanos, los cuales eran considerados divinidades.

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