lunes, 15 de marzo de 2021

¿QUÉ ES EL PARAÍSO? EL JARDÍN DEL EDÉN


La palabra "paraíso" nos llega de Persia y significa jardín del placer o parque real. Los antiguos hebreos que vivieron por muchos siglos en la antigua Persia, utilizaron esta palabra para describir el Jardín del Edén, donde habitaron nuestros primeros padres, Adán y Eva. 

El Edén era la región donde se encontraba este jardín del placer. Del Jardín del Edén fluía un río que se dividía en cuatro corrientes distintas. 
La Biblia nos da los nombres de estos tributarios como el río Tigris, el Eufrates, el Gihon y el Pisón, los cuales pudieron haber sido los nombres del río Nilo y del Golfo Pérsico entre los antiguos hebreos. 

Cuando Dios creó Adán le dijo que podía comer las frutas de todos los árboles que estaban en el Jardín del Edén excepto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal ya que si comía de este, moriría. Cuando la serpiente tentó a Eva, induciéndola a comer del fruto prohibido y esta le dio a comer de la fruta a Adán, Dios los castigo, expulsándolos del paraíso. Pero antes de hacer esto, vistió a Adán y Eva con ropas hechas de la piel de animales. 

Esta piel es el cuerpo humano ya que antes de comer del Arbol del Bien y del Mal, Adán y Eva eran espíritus inmortales igual a Dios, quien los creó en su imagen. Una vez que fueron vestidos con estas pieles y sacados del paraíso Adán y Eva perdieron el don de la inmortalidad y eventualmente murieron, tal como Dios le advirtió a Adán que iba a suceder cuando le prohibió comer del Arbol.

Pero en el Jardín del Edén había otro árbol, llamado el Árbol de la Vida, que es la Creación, y Dios Padre le dijo a su Shekina, "Ya el hombre ha pasado a ser como uno de nosotros, al conocer lo bueno y lo malo, y ahora también puede extender su mano y tomar del Árbol de la Vida, comer y vivir por siempre". 

Para evitar esto, Dios sacó a Adán y a Eva del Jardín y los exiló a la Tierra. Para proteger al Árbol de la Vida colocó a los Querubines al Este del Jardín con una espada llameante que volteaba continuamente. 

Según San Pablo, el Paraíso se encuentra en el Tercer Cielo. Esto tiende a indicar que después del exilio de Adán y Eva del Jardín del Edén, Dios elevó al Paraíso Terrenal al cielo. Pero el capitulo 2 del Libro de Revelaciones nos da esperanzas de regresar al Jardín del Edén porque dice que a aquel que "venza", le será concedido comer del Árbol de la Vida que está en el Paraíso de Dios. 

Lo que se debe vencer son indudablemente las tentaciones y la debilidad de la naturaleza humana. En este contexto podemos ver que El Jardín del Edén es en realidad parte del Paraíso divino, localizado en el Tercer Cielo, y es aquí a donde van las almas de los santos y aquellas purificadas a través del control de la materia. 
Es importante reconocer que cuando hablamos del "cielo" y del "paraíso", estamos en realidad hablando de otras dimensiones y otros estados de conciencia, no de lugares físicos. Cuando nos referimos al "Tercer Cielo" o a cualquiera de los otros "cielos", estamos hablando de estados exaltados de la superconciencia humana, una vez que ésta ha transcendido el mundo material.

En su obra Paraíso perdido, el poeta John Milton, describe la expulsión de Adán y Eva del Paraíso en un libro escrito en forma de un poema de 12 cantos. El libro es intrínsecamente cristiano y relata la historia de la primera desobediencia del hombre, su tentación su caída, y la promesa de su redención a través de Jesucristo. En el libro, Satanás es el adversario del hombre. La obra comienza con una invocación a las musas celestiales y describe en detalle la guerra entre los ángeles, la expulsión de Satanás del Cielo, la creación del Infierno y de los hijos de Satanás, que según Milton son el pecado y la muerte. El libro termina con la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén. Lo que pierden Adán y Eva al perder el Paraíso es la gracia de Dios y el éxtasis divino. 

Dante Alighieri describe el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso en "La Divina Comedia" con un gran poder visual y realístico. Su guía durante su visita al Infierno y al Purgatorio es el poeta romano Virgilio mientras que su guía a través del Paraíso es la gran amada de Dante, Beatriz, a quien el poeta inmortalizara a través de sus obras. 

Beatriz solo tenia ocho años cuando Dante la vio por primera vez y es dudoso que jamás hubiera hablado con ella. La amó siempre de lejos pero no en silencio, ya que su obra expresa a gritos su gran amor. Cuando ella murió a los veinticinco años, Dante la siguió amando y la encontró de nuevo en su visión del Paraíso a donde ella lo lleva en La divina comedia. 

En la visión de Dante, el Cielo o Paraíso, está rodeado de una pared de llamas. Al otro lado de esta pared llameante hay dos ríos que borran los recuerdos de los pecados y fortalecen los recuerdos de las buenas acciones. El paraíso dantesco está basado en el concepto cósmico de Ptolomeo, en el cual la Tierra está en el centro de nueve cielos o esferas celestiales, las cuales giran sobre esta desde la altura. Estas esferas están colocadas una sobre la otra y su velocidad depende de su distancia de la Tierra. 

Cada cielo está regido por uno de los coros angelicales y ejerce su especial influencia sobre los seres humanos. Los Siete Cielos de Dante están representados por los siete planetas de los antiguos, que son el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. El octavo cielo es donde está la esfera de las estrellas y el noveno es el "Primum Mobile", o Primera Causa, la cual rige el movimiento de los cielos de Este a Oeste. 

Más allá de los nueve cielos, según Dante, está el Empíreo, que es la morada de Dios y sus santos, una esfera donde no existe ni el tiempo ni el espacio y todo es luz. Los ángeles, según la concepción de Dante son espíritus incorpóreos, de forma pura y total intelecto, los cuales fueron creados inmortales por Dios. Tienen voluntad propia como el ser humano, pero la han subyugado al servicio divino. Cada orden angelical es superior a la que está debajo, a la cual iluminan con su luz celestial y la inspiran a amar a Dios. De acuerdo a Dante la mayor parte de los ángeles están en contemplación continua de la luz del Creador pero otros impulsan el movimiento de las esferas celestiales a través de su poder mental. 

Tanto la visión de Milton como la Dantesca, expresadas en estos dos poemas inmortales, son esencialmente cristianas y reflejan los profundos conocimientos de la tradición judeo-cristiana de ambos poetas. Todo lo que expresan estas obras está fuertemente entrelazado con los relatos bíblicos y apócrifos, incluyendo Génesis, los profetas, Revelaciones, el Libro de Enoch, y la Cábala. De manera que a pesar que ambas obras son catalogadas como ficción, esta es una ficción basada tanto en la fe cristiana como en sus leyendas.

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