viernes, 14 de noviembre de 2014

SAN PASCUAL BAILON NOVENA PARA PETICIONES URGENTES, DESESPERADAS, DIFICILES




ACTO DE CONTRICIÓN

Dulcísimo Jesús mío,
en quien creo, en quien espero
y a quien amo sobre todas las cosas:
por ser Vos suma bondad
me pesa de haberos ofendido y propongo,
con vuestra gracia, no volver a pecar.

Amén.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Dios, que al bienaventurado San Pascual,
Confesor tuyo,
honraste con el ardiente amor
a los sagrados Misterios de tu Cuerpo y Sangre:
concédenos propicio que,
así como percibió la espiritual dulzura y suavidad
de este divino convite,
merezcamos también el percibirlos nosotros.

Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén. 

DÍA PRIMERO

Comenzar con el acto de contrición.

San Pascual fue sublimado
a la excelsitud de la Santidad,
porque fue humildísimo seglar franciscano.

ORACIÓN

Humildísimo san Pascual:
que por amor de Jesús,
fuiste manso y sencillo de corazón,
os ruego me otorguéis la virtud de la humildad
y con ella la difícil petición 
que os hago en esta Novena:

(pedir con gran fe lo que se quiere conseguir).

Amén.

Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA SEGUNDO

Comenzar con el acto de contrición.

San Pascual fue ángel de inocencia,
tesoro de angélicas virtudes
y, sin embargo, mortificaba durísimamente su cuerpo
con asperísimas penitencias.

ORACIÓN

¡Santo mío!
alcanzadme del Señor el espíritu de penitencia,
para que llore mis culpas pasadas
y para que no me deje arrastrar jamás
de mis desordenadas pasiones.

Y con esta gracia
otorgadme la que os pido en esta Novena:

(pedir con gran fe lo que se quiere conseguir).

Amén.

Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

Terminar con la oración final para todos los días. 

DÍA TERCERO

Comenzar con el acto de contrición.

San Pascual se hizo sordo
a los halagos y sonrisas del mundo
despreciando sus risueñas promesas
y vistiendo pobrísimo sayal.

ORACIÓN

Amadísimo San Pascual:
poned, os lo suplico, aversión en mi alma
a los placeres y vanidades locas del mundo,
y un grandísimo amor
a las dichas estables y purísimas de la gloria,
y dadme, os ruego,
la difícil petición que suplico en esta Novena:

(pedir con gran fe lo que se quiere conseguir).

Amén.

Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA CUARTO

Comenzar con el acto de contrición.

San Pascual fue modelo insigne
de pureza e inocencia de costumbres.
Niño, pastorcito, religioso, y hombre bueno
siempre brilló en él
la gracia del candor bautismal
y el odio a la más pequeña imperfección.

ORACIÓN

Ángel de pureza, amado San Pascual:
concédeme que imite vuestra angelical vida,
aborreciendo mis pecados,
venciendo mis tentaciones
y viviendo puro en la presencia del Señor;
y alcánzame asimismo
el favor especial que os pido en esta Novena:

(decir con gran fe lo que se quiere conseguir).

Amén.

Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA QUINTO

Comenzar con el acto de contrición.

San Pascual vivió en la tierra siempre unido a su Dios,
por medio de la oración y la entrega.

Su pensamiento, sus anhelos, sus suspiros
al cielo subían y en el ciclo estaban.
La oración fue para él tesoro de consuelo
 y mina de santidad.

ORACIÓN

Os suplico, gloriosísimo San Pascual,
me obtengáis del Señor el espíritu de oración
para que, despegándome de la tierra,
suspire por la dicha que me espera a vuestro lado
en la gloria eterna.

Concédeme también, os ruego 
la gracia que os solicito en esta Novena:

(pedir con gran fe lo que se quiere conseguir).

Amén.

Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA SEXTO

Comenzar con el acto de contrición.

San Pascual amó ardientemente a Dios,
como a su Creador, a su Redentor,
y a su Padre amantísimo;
y amó tiernísimamente a las criaturas,
como a hijas de Dios
y como a hermanas suyas predilectas.

Por esto fue amado singularmente de Dios
y de los hombres.

ORACIÓN

Por caridad, amadísimo Santo mío,
os ruego que me deis una chispa
de la que inflamaba vuestra alma,
para calentar mi aterido corazón,
y con ella concededme  
la petición desesperada que hago en esta Novena:

(pedir con gran fe lo que se quiere conseguir).

Amén.

Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA SÉPTIMO

Comenzar con el acto de contrición.

San Pascual fue serafín extasiado
de la Sagrada Eucaristía.

Día y noche velaba ante el Sagrario;
la Hostia sacratísima era el blanco de sus anhelos
y el centro de sus amores.

ORACIÓN

Serafín del Sagrario, glorioso San Pascual:
haced que me enamore, como Vos,
de la Sagrada Eucaristía,
y que, como Vos, sienta hambre santísima
de recibir a mi Dios sacramentado.

Otórgame juntamente
la gracia urgente que os pido en esta Novena:

(pedir con gran fe lo que se quiere conseguir).

Amén.

Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA OCTAVO

Comenzar con el acto de contrición.

San Pascual fue gran devoto
e hijo amantísimo de la Santísima Virgen
y todos los días la obsequiaba
con afectuosas muestras de devoción.

ORACIÓN

Protector mío San Pascual:
infundid en mi pecho ternura filial a la Reina del cielo,
para que me cuente entre sus hijos predilectos,
en la tierra y en la gloria.

Concédeme también
lo que tanto necesito y os pido en esta Novena: 

(decir con inmensa esperanza
lo que se desea alcanzar)

Amén.

Rezar tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.

Terminar con la oración final para todos los días.

DÍA NOVENO

Comenzar con el acto de contrición.

La muerte es el eco de la vida.

La vida de San Pascual fue santísima,
y su muerte fue santísima:
un deliquio, un arrobo,
un sueño dulcísimo en el Señor.

ORACIÓN

Por vuestra dichosísima muerte,
¡oh bendito San Pascual!
os ruego encarecidamente me consigáis del Señor
la gracia de no morir en pecado mortal;
la dicha de morir santamente
y la felicidad de la gloria,
juntamente con la gracia que solicité
con fe y esperanza en este Novenario:

(repetir con esperanza la petición)

Amén. +

Rezar el Credo y la Salve

Terminar con la oración final para todos los días.


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