Oh! nuestra Señora de Montserrat,
Madre santa, Corazón de amor,
Corazón pleno de ternura y compasión sin fin,
Virgen María que cobijaste en tu seno al Salvador,
Tú que siempre nos escuchas y consuelas,
tiéndenos tu mano misericordiosa
ven en nuestra ayuda e intercede por nosotros
para que recibamos auxilio en nuestras pobrezas,
para que sean remediadas nuestras aflicciones,
y con presteza consigamos ayuda en nuestras vidas.
Como hijos tuyos, imploramos tu intercesión
ante tu amadísimo Hijo Jesús.
Recibe con comprensión y compasión
las peticiones que hoy con humildad y confianza
te hacemos llegar a través de esta oración.
Escucha con piedad nuestras sentidas suplicas
que nacen de nuestro corazón atormentado
por los problemas y dificultades por lo que pasamos,
vuelve benigna tus piadosos ojos a tus hijos
que imploramos tu poderoso y eficaz patrocinio,
acoge las suplicas de los que,
unidos a Ti en un solo corazón te llamamos
y esperamos que vengas a nosotros y nos socorras.
Especialmente danos tu valiosa ayuda
en estas urgentes necesidades
que con esperanza ahora te presentamos:
(haz con mucha esperanza la petición).
¡Qué consuelo saber que tu Corazón
está siempre abierto para quienes recurren a ti!
Confiamos a tu tierno cuidado e intercesión
a nuestros seres queridos, a nuestros hogares,
a todos los que se sienten enfermos,
a los que lloran y están solos o abandonados,
a todos los que sufren carencias y miserias,
en fin, a todos los que necesitan, Madre, de ti.
Hoy y todos los días de nuestras vidas
nos encomendamos a tu singular custodia,
Tú dulcísima Señora de Montserrat,
que eres esperanza y aurora de los hombres
pues siempre estas dispuesta a recibirnos
y darnos fortaleza y alivio ante la adversidad,
ayúdanos en las amarguras, Santa Madre de Dios,
danos tu auxilio para llevar nuestras cargas en esta vida,
hasta que lleguemos a participar
de la Gloria eterna y la paz con Dios.
Oh Virgen de la Vírgenes, dulce María,
defiéndenos en los combates con el enemigo,
protégenos en todos los instantes de nuestra vida,
sé, junto a tu Hijo, nuestro consuelo y alegría.
Amén. +
Nuestra Señora de Montserrat,
Madre buena y poderosa, quédate con nosotros,
no dejes de rogar por los que te invocamos,
pues en Ti confiamos con toda esperanza,
en Ti depositamos nuestras muchas angustias
y seguros estamos que no quedaremos defraudados.
Así sea.
Reza con mucha devoción la Salve,
un Avemaría y un Gloria.
Haz la oración y los rezos por la mañana y por la noche,
durante tres días seguidos.
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