La Virgen María Desatanudos, también conocida como Nuestra Señora Desatanudos, es una advocación mariana que ha ganado devoción en todo el mundo. Su historia y los milagros atribuidos a ella han tocado los corazones de muchos fieles.
La devoción a Nuestra Señora Desatanudos se ha asociado con varios milagros a lo largo de los años. Uno de los más destacados es el caso de una pareja al borde del divorcio. Desesperados, recurrieron a la Virgen Desatanudos y rezaron fervientemente. Milagrosamente, los nudos de su relación se desataron, y recobraron la armonía y el amor.
La imagen de Nuestra Señora Desatanudos nos recuerda que su amor inconmensurable es capaz de conceder peticiones y resolver los enredos que enfrentamos. Su devoción sigue creciendo, y su intercesión es buscada por aquellos que confían en su poder para desatar los nudos de la vida.
ORACIÓN
Santa María desatadora de nudos, Santa María, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo, con amor y bondad, intercediste por nuestras dificultades y, con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de cómo desenredar la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como amorosa y dedicada Madre Nuestra, pones en orden y haces mas claros los lazos que nos unen al Señor.
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
Tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos recibas en tus manos y que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, líbranos de todo mal, Señora Nuestra y desata los nudos, que impiden nos unamos a Dios, para que libres de toda confusión y error, que hallemos en todas las cosas podamos amarla cada día más y más, y para que tengamos en El puestos nuestros corazones y podamos servirle siempre en nuestros hermanos.
Amén.
ORACION DE CONSAGRACION
A MARIA DESATANUDOS
Señora y Madre mía, Virgen Santa María, la que desata los nudos; a tus pies me encuentro para consagrarme a ti.
Con filial afecto te ofrezco en este día cuanto soy y cuanto tengo:
mis ojos, para mirarte; mis oídos, para escucharte; mi voz, para cantar tus alabanzas; mi vida, para servirte; mi corazón, para amarte.
Acepta, Madre mía el ofrecimiento que te hago y colócame junto a tu Corazón Inmaculado, pues quiero tener siempre refugio seguro.
Ya que soy todo tuyo-a y a Ti me entrego, Madre de misericordia, Madre de compasión, la que desata los nudos que aprisionan nuestra vida y pobre corazón, guárdame y protégeme como posesión tuya.
No permitas que me deje seducir por el maligno, ni que mi corazón quede enredado en sus engaños.
Enséñame a aceptar los limites de mi débil condición humana, sin olvidar que puedo superarme y avanzar con la ayuda de los Auxilios Divinos, ayúdame a que agradezca siempre a Dios por mi existencia y por lo mucho que me da.
Ilumíname para que no deseche al Creador ni me aparte del camino que el pensó para mi.
Amén.
Especifica los problemas que en especial quieres solucionar por la muy eficaz mediación de la Virgen María Desatadora de Nudos y reza devotamente la Salve y tres Avemarías.
Repite la oración, la consagración y los rezos por la mañana y por la noche durante tres días seguidos.
Historia de Nuestra Señora Desatanudos
El origen de esta devoción se remonta al siglo XVII en Augsburgo, Alemania. El pintor alemán Johann Melchior Georg Schmittdner creó un cuadro que representa a la Virgen María desatando una cinta con nudos. En esta imagen, los nudos simbolizan las dificultades humanas, y la Virgen los desata y destraba como una madre ayuda a sus hijos. La pintura, realizada en estilo veneciano con influencia barroca, se titula “Knotenlöserin”, que significa “la que desata los nudos” en alemán.
El hoy Papa Francisco, entonces obispo auxiliar de Buenos Aires, descubrió esta imagen en una pequeña estampa. Al verla, tuvo una revelación:
“No hay nudo que resista a las manos de la Madre de Dios. Basta tener fe”.
Impulsado por esta convicción, decidió promover la devoción a Nuestra Señora Desatanudos. El 8 de diciembre de 1996, se inauguró el Santuario de Nuestra Señora que Desata los Nudos en Buenos Aires, y la devoción se extendió rápidamente. La ola de fervor alcanzó su punto máximo en 1998, cuando se imprimieron cien mil estampitas para los fieles que acudían al santuario.
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