¡Oh bienaventurado
san Gabriel de la Dolorosa!,
que, por vuestra
afectuosísima devoción
a la insigne
Virgen afligida al pie de la cruz,
llegasteis a ser
espejo de inocencia,
modelo de santidad, dechado de virtudes
y prodigioso por
los innumerables milagros
obrados en
derredor de vuestro sepulcro,
dadnos vuestro incomparable auxilio
para que podamos cubrir nuestras necesidades.
y alcanzadme de la
generosidad divina
todas las gracias necesarias para mi salvación.
Haced que obtenga las fuerzas necesarias
para prevenir los
peligros del alma,
despreciar los
halagos del mundo,
neutralizar las
asechanzas del demonio,
triunfar sobre mis
pasiones, llorar mis culpas,
secundar con
generosidad de corazón
las divinas
inspiraciones
y labrar mi
santificación mediante un afecto sincero
a la Pasión de Jesús
y a los Dolores de mi Madre María,
a fin de que,
siguiendo vuestros
ejemplos aquí en la tierra,
pueda igualmente
haceros compañía
en las Alturas por
toda la eternidad.
Así sea.
ORACIÓN DE PETICIÓN
San Gabriel de
nuestra Madre Dolorosa,
te suplicamos con todos nuestros afectos:
custódianos,
defiéndenos, auxílianos,
ruega por nosotros sin cesar,
pide por nuestro hogar y familia,
ruega por nosotros sin cesar,
pide por nuestro hogar y familia,
por los seres que amamos,
por nuestro matrimonio, por nuestros hijos,
por nuestro matrimonio, por nuestros hijos,
por nuestros padres, por nuestros hermanos,
para que vivamos en la paz y la tranquilidad,
para que vivamos en la paz y la tranquilidad,
con una vida digna y sin agobios ni tristezas,
danos tu bondad y por medio de tu intercesión
consigue que recibamos lo que solicitamos,
por favor, auxílianos en
esta gran necesidad:
(haz la petición confiadamente).
Elevamos a ti, san Gabriel, nuestras plegarias,
en la confianza que seremos escuchados
y que por tu muy eficaz asistencia
recibiremos lo que hemos solicitado.
San Gabriel amado y admirado, en plena confianza,
con nuestra esperanza puesta en ti,
te suplicamos, oh dulce Santo,
obtennos la gracia particular que hemos pedido,
para la mayor gloria de Dios
y para el bien de las almas.
Por último, obtennos de Jesucristo Crucificado,
a través de María, Nuestra Señora de los Dolores, conformidad a la voluntad de Dios y la paz
para que siempre podamos vivir la vida cristiana,
a través de todas las etapas de la vida presente,
para que podamos ser un día feliz contigo
en la presencia de nuestro Padre Celestial.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Así sea.
Oh Dios, Señor nuestro misericordioso,
que enseñaste a san Gabriel de la Dolorosa
a meditar asiduamente y sentir como propios,
los dolores de tu dulcísima Madre, María Santísima,
y le concediste alcanzar por Ella
las cumbres de la santidad.
Concédenos a nosotros,
por su intercesión y valioso ejemplo,
vivir tan unidos a tu Madre Dolorosa
que gocemos siempre de sus cuidados,
de su auxilio y maternal protección.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Reza la Salve, Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
La oración, junto a los rezos que se indican,
se hace con mucha fe y confianza
durante tres días seguidos.
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