Bendito santo Domingo Savio,
tú que fuiste hijo
ejemplar,
cariñoso y respetuoso con tus padres y
hermanos;
que fuiste siempre buen estudiante,
educado, cariñoso y caritativo,
en la escuela del santo Don
Bosco
te ganaste la confianza, el cariño
y la simpatía de tus educadores
que te sentiste hermano de tus compañeros,
y con tu “nueva familia”, con tus compañeros,
iniciaste el camino de la santidad,
atiende las suplicas que como padres te hacemos.