Al estar de
rodillas ante Vuestra Imagen Sagrada,
oh Salvador mío, oh bendito Jesús, hermano y amigo,
mi conciencia me
dice que yo he sido
el que os ha
clavado en la Cruz, con estas mis
manos,
todas las veces
que he osado
cometer un pecado mortal.
Dios mío, mi amor
y mi todo,
digno de toda
alabanza y amor,
viendo como tantas
veces
me habéis colmado
de bendiciones,
me echo de
rodillas, me inclino con fervor,
convencido-a de que
aún puedo reparar las injurias
con que os he
ofendido y he causado dolor.
Al menos os puedo
compadecer, puedo daros
gracias
por todo lo que habéis hecho por mí.
Por ello os suplico, perdonadme, Señor mío.
Por todo ello, con el
corazón y con los labios digo:
A LA LLAGA DEL PIE
IZQUIERDO
Santísima llaga
del pie izquierdo de mi Jesús, os adoro.
Me duele grandemente, oh mi buen
Jesús,
veros sufrir aquella pena honda y dolorosa.
Os doy gracias, oh
Jesús de mi alma,
porque habéis
sufrido tan atroces dolores
para detenerme en
mi carrera al precipicio,
desangrándoos a
causa de las punzantes
espinas
que os han provocado mis faltas, acciones y olvidos.
Ofrezco al Eterno
Padre, siempre misericordioso,
la pena y el amor
de vuestra santísima Humanidad
para resarcir mis
pecados que detesto con
sincera contrición.
A LA LLAGA DEL PIE
DERECHO
Santísima llaga
del pie derecho de mi Jesús, os adoro.
Me duele tanto, buen
Jesús, mi Salvador,
veros sufrir tan dolorosa pena.
Os doy gracias, oh
Jesús de mi vida,
por aquel amor que te hizo sufrir tan atroces dolores,
derramando vuestra Preciosísima Sangre
para redimirme y salvarme de toda falta.
Ofrezco al Eterno
Padre, la pena y el amor
de vuestra
santísima Humanidad,
y le pido la
gracia de llorar mis transgresiones
y de perseverar en
el camino del bien,
cumpliendo
fidelísimamente los mandamientos de Dios.
A LA LLAGA DE LA
MANO IZQUIERDA
Santísima llaga de
la mano izquierda de mi Jesús,
os adoro.
Me duele, buen
Jesús, veros sufrir tan dolorosa pena.
Os doy gracias, oh
Jesús de mi vida,
porque por vuestro
amor me habéis librado a mí
de sufrir la
flagelación y la eterna condenación,
que he merecido a
causa de mis pecados.
Ofrezco al Eterno
Padre,
la pena y el amor
de vuestra santísima Humanidad
y le suplico me
ayude
a hacer buen uso
de mis fuerzas y de mi vida,
para producir
frutos dignos de la gloria y vida eterna
y así desarmar la
justa ira de Dios.
A LA LLAGA DE LA
MANO DERECHA
Santísima llaga de
la mano derecha de mi Jesús,
os adoro y reconozco vuestro inmenso amor,
me entristece que por nosotros los hombres sufrieras.
Os doy gracias, oh
Jesús de mi vida,
por haberme
abrumado de beneficios y favores,
y eso a pesar de
mi obstinación en el pecado.
Ofrezco al Eterno
Padre
la pena y el amor
de vuestra santísima Humanidad
y le suplico me
ayude para hacer todo
para mayor honra y
gloria de Dios.
A LA LLAGA DEL
SACRATÍSIMO COSTADO
Santísima llaga
del Sacratísimo costado de mi Jesús,
os adoro.
Me duele, Jesús de
mi vida,
ver como
sufristeis tan gran injuria.
Os doy gracias, oh
buen Jesús por el amor que me
tenéis,
al permitir que os
abrieran el costado con una lanzada
y así derramar la
última gota de sangre,
para que comprendiera vuestro sacrificio.
Ofrezco al Eterno
Padre
esta afrenta y el
amor de vuestra santísima Humanidad,
para que mi alma
pueda encontrar
en vuestro Corazón
traspasado un seguro refugio.
Así sea.
SALUDOS A LAS SANTAS LLAGAS
(Oración de santa Matilde)
Llagas de mi Jesús, os saludo. Os saludo en la omnipotencia del Padre que os ha decretado; en ha sabiduría del hijo que os ha sufrido y en la bondad del Espíritu Santo, que por vuestro medio ha redimido el mundo. Os recomiendo mi alma. Protegedme contra las asechanzas del tentador, en la vida y en la hora de mi muerte. Así sea.
OREMOS AL SEÑOR
Eterno Padre, Señor de Amor y Perdón,
muéstranos cada día tu misericordia y ampáranos.
Por la Sangre de tu querido Hijo.
Te suplicamos, nos acojas y muestres tu misericordia,
Te suplicamos, nos acojas y muestres tu misericordia,
bendícenos y ayúdanos en nuestras necesidades:
(pedir con inmensa fe lo que se desea obtener).
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
Ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Gracia y misericordia, Jesús mío,
en los peligros presentes y los futuros:
cúbrenos con tu Preciosísima Sangre.
Así sea. +
Así sea. +
Reza el Credo, un Padrenuestro y un Gloria.
Repite la oración y los rezos cinco días seguidos.
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