"Le
presentaban unos niños para que los tocara;
pero los
discípulos les reñían.
Mas Jesús al ver
esto, se enfadó y les dijo:
Dejad que los
niños vengan a mí,
no se lo impidáis,
porque de los que
son como éstos
es el Reino de Dios.
Yo os aseguro:
el que no reciba
el reino de Dios como niño,
no entrará en él.
Y abrazaba a los
niños
y los bendecía
imponiendo las manos sobre ellos".
(Mc. 10, 13-16)
Oh mi buen Jesús,
tú invitaste a los niños a ir hacia ti
para imponer sobre ellos tus manos y
bendecirlos.
Extiende, Señor, tu mano sobre este niño-a…….
para aliviar su dolor,
para librarlo de su enfermedad.
Extiende tus bendiciones y dones sobre .......
que tanto lo necesita.
Haz que nosotros, sus padres, parientes, amigos,
Haz que nosotros, sus padres, parientes, amigos,
sepamos darle el cuidado que
precisa
con toda atención y diligencia,
haz que el sufrimiento por el que pasamos
no nos impida ser optimistas y estar esperanzados
en su pronto restablecimiento,
que no se aflija por nuestros pesares,
que en todo momento sienta nuestra ternura y
cariño
y que sepa que no
lucha solo-a por su mejoría.
Inspira a los médicos y, a todos aquellos,
que hacen todo lo que pueden por curarle,
para que apliquen con acierto sus conocimientos
y le den la ayuda y el tratamiento adecuados.
Que tu bondad le alivie los dolores y
padecimientos
y torne su decaimiento en alegría y vitalidad.
Que tu misericordia le conforte
y le otorgue fuerzas y energía
para salir cuanto antes de su enfermedad.
Que tu infinito poder y
le devuelva la salud del cuerpo y
del alma
a fin de que pueda amarte siempre
y con corazón agradecido
pueda amar y servir siempre a su prójimo.
Oh buen Jesús, Tú que haces maravillas,
Oh buen Jesús, Tú que haces maravillas,
Te damos gracias por todos los beneficios que nos das,
Te adoramos oh Jesús, con el Padre de bondad,
y con el Espíritu Santo
porque has venido y nos has salvado.
Amén. +
Reza con inmensa devoción el Credo,
Reza con inmensa devoción el Credo,
un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.
Deposita en las milagrosas manos de Jesús tu confianza. Haz la oración con esperanza y pide con todo tu ser la sanación del niño por el que pides. Él amó a los niños y desde el Cielo sigue dándoles su preferente atención.
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