Oh bendito san Juan Crisóstomo,
tú que siempre
alentaste con sabiduría
la práctica de la
justicia y de la caridad
y que con tus
elocuentes sermones
predicaste con
brillantez la Palabra Divina,
ilumínanos con tu
obras y palabras
y fortalécenos en
los momentos difíciles
tú que demostraste
enorme fortaleza y valor
ante las más duras
pruebas a que fuiste sometido,
que fuiste
difamado, humillado,
maltratado, e injustamente acusado,
maltratado, e injustamente acusado,
perseguido,
brutalmente agredido y desterrado,
concédenos la energía y el ánimo necesario
para sobrellevar
estos momentos difíciles
llenos de amargura
y desconsuelo.
Haz que no nos
abandonen la fe y la esperanza,
para que podamos
continuar la lucha
a pesar de las
injusticias que nos rodean,
para que,
fortalecidos y ayudados
con tu benéfica intercesión,
podamos salir
victoriosos en las pruebas,
para que podamos alejar a nuestros enemigos,
a los que por envidia, egoísmo y maldad nos dañan,
a los que con sus palabras nos perjudican,
y en especial, danos tu auxilio para:
para que podamos alejar a nuestros enemigos,
a los que por envidia, egoísmo y maldad nos dañan,
a los que con sus palabras nos perjudican,
y en especial, danos tu auxilio para:
(hacer la
petición)
San Juan Crisóstomo,
tú que difundiste
con claridad las Enseñanzas,
y con santa
paciencia resististe en los infortunios
defiéndenos a
todos de la injusticia y el error,
lleva nuestras suplicas a Dios Padre Todopoderoso
y ruégale nos
conceda lo que confiadamente solicitamos.
San Juan
Crisóstomo,
pídele también que
nos ayude a amar al prójimo,
y que nos bendiga
con los dones y talentos necesarios
para alcanzar la
Gloria Celestial.
Por Jesucristo nuestro
Señor.
Amén. +
Rezar con gran fervor el Credo, tres Padrenuestros,
Rezar con gran fervor el Credo, tres Padrenuestros,
tres Avemarías y tres Glorias.
Hay que repetir la oración y los rezos tres días.
Hay que repetir la oración y los rezos tres días.
San Juan Crisóstomo, o Juan de Antioquia, está considerado como el más Grande de los Padres de la Iglesia en el antiguo Oriente cristiano. De él se conserva un amplio legado, cartas, sermones, homilías, tratados, catequesis y cantidad de escritos. Este gran teólogo y clérigo virtuoso se entrego a los demás y les ayudaba tanto material como espiritualmente. En sus brillantes discursos públicos usaba toda clase de recursos para llegar al pueblo, con consideraciones prácticas y morales trató de animar a sus fieles a la conversión.
Fue por sus elocuentes sermones que Juan se ganó el título Crisóstomo, en griego chrysóstomos, que traducido significa "boca de oro". Siempre explicaba las Escrituras con claridad, y aunque sus bellos y didácticos sermones, que a veces duraban horas, eran bien recibidos por el pueblo, su creciente fama no era del gusto del resto del clero, por lo que se ganó numerosos enemigos.
Nombrado obispo de Constantinopla en 398, siguió predicando y haciendo muchas conversiones. Criticó a los ricos de no compartir su riqueza, luchó por la reforma del clero, impidió la venta de cargos eclesiásticos, llamó a la fidelidad en el matrimonio, alentó a las prácticas de la justicia y la caridad.
Fue injustamente acusado, difamado y humillado en muchas ocasiones. Una de las veces, después de ser maltratado y apaleado, le suspendieron y desterraron primero a una región lejana cerca de la frontera con Armenia y más tarde cerca del Cáucaso, pero no llegó pues murió en el camino, después de recibir los últimos Sacramentos, era el año 407.
Paulatinamente fue rehabilitado. Sus restos se trasladaron a Constantinopla y varios Monasterios del monte Athos llevan su nombre.
Fue nombrado Padre de la Iglesia en el año 1568 por el Papa Pio V. Su festividad, después de varios cambios, se trasladó al 13 de septiembre.
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