San Cipriano
Obispo y mártir del campo mayor,
líbrame de hechizos y de todo malhechor
es tan inmenso el poder que te concedió el Señor,
que con tu ayuda en manos del enemigo y del mal,
líbrame de hechizos y de todo malhechor
es tan inmenso el poder que te concedió el Señor,
que con tu ayuda en manos del enemigo y del mal,
nadie podrá sucumbir ni perecer.
Prometiste socorrer al que esté necesitado,
sanar al maleficiado a la mayor brevedad,
así como dar la libertad al infeliz encarcelado.
Prometiste socorrer al que esté necesitado,
sanar al maleficiado a la mayor brevedad,
así como dar la libertad al infeliz encarcelado.
De todo el que está afligido y llora,
tú eres celestial consuelo,
tú eres escala del cielo
de todo el que a ti en su pena ha acudido.
Tú amparas al desvalido y débil
tú eres escala del cielo
de todo el que a ti en su pena ha acudido.
Tú amparas al desvalido y débil
a toda hora e instante,
das compañía al caminante
y eres seguro consuelo
de quien te aclame constante.
En fin, el que en la aflicción de su vida
das compañía al caminante
y eres seguro consuelo
de quien te aclame constante.
En fin, el que en la aflicción de su vida
te rezara y así con fe te invocara,
mitigará su inquietud.
Tú amparas, por tu virtud, a todo el que te invoca,
mitigará su inquietud.
Tú amparas, por tu virtud, a todo el que te invoca,
al que a ti recurre, solicita y suplica.
San Cipriano bendito, ven que yo te necesito.
San Cipriano bendito, ven que yo te necesito.
¡Oh Glorioso san Cipriano!
santo clérigo y escritor,
obispo de la Iglesia del Creador,
tú que sufriste en la tierra persecución
y que fuiste condenado
por no renunciar al Señor,
danos tu ayuda, protección y bendición.
Tú que gozas de la Gloria
y en el Cielo junto a Ángeles y Santos
rodeas el trono del Altísimo,
siempre lleno de paz y amor
tiende tu manos y socórrenos.
Ayúdanos a vencer en las duras batallas
a las que a diario nos enfrentamos,
y en aquellas otras que no deseamos;
haz que seamos beneficiados por tu mediación.
Líbranos glorioso Cipriano
del enemigo que nos acecha,
mujer o varón, conocido o desconocido,
de malos espíritus y posesión,
de armas y magia negra,
de encantamientos, brujerías,
hechizos y maleficios,
aléjanos de aquel que nos mire mal,
de las envidias y las lenguas desatadas,
de egoísmos, celos y falsedades,
de cárceles, cadenas y persecución,
destierra la mala suerte de nuestra vida,
elimina todos peligros, acláranos los caminos,
y alcánzanos, por favor, con tu santa protección
poder remediar esta mala situación:
(hacer con devoción la petición)
Seguro estoy de ser escuchado y atendido
y por ello gracias te doy
mi muy querido Cipriano, santo protector;
yo prometo darte honra y culto
en todo momento y ocasión.
Pídele también al Altísimo
que con su amor justicia y paz
nos alcance el camino de la verdadera vida,
para que un día lleguemos a gozar
junto a ti de los bienes eternos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén. +
Hacer "el Acto de Contrición"(Señor mío Jesucristo...)
y rezar fervorosamente tres Credos,
un Padrenuestro y un Gloria.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos.
Esta oración está indicada para alejar todo lo que perturba y causa daño. Es una poderosa protección contra enemigos, contra injusticias (librar de cárceles y prisiones, ganar juicios), contra cualquier clase de magia perturbadora, para librar de personas envidiosas o con malos deseos, para alejar lo negativo y cualquier mal enviado...
Reza con devoción y confiando en el poder que tiene san Cipriano en los Cielos. Si lo consideras necesario, después de los tres días, repite todo dejando una semana por medio.
0 comentarios:
Publicar un comentario