
SEÑOR SANTO, PADRE
OMNIPOTENTE
Señor Santo,
Padre Omnipotente, Dios Eterno,
por tu generosidad
y la de tu Hijo,
quien por mí
padeció pasión y muerte,
y por la
excelentísima santidad de su Madre,
pecador e indigno
de cualquier beneficio tuyo,
que sólo a ti ame,
que siempre tenga
sed de tu amor,
que continuamente
tenga en el corazón
el beneficio de la
pasión,
que reconozca mi
miseria,
que desee ser
pisado
y despreciado de
todos;
que sólo la culpa
me entristezca.
Amén. +
Amén. +
ORACIÓN PARA PEDIR MISERICORDIA
Dulcísimo Jesús, Hijo de Dios vivo,
Dios y Hombre verdadero,
Redentor de mi alma,
por el amor con que sufriste
ser vendido por Judas,
preso y atado por mi salvación:
¡Ten misericordia de mí!
Benignísimo Jesús mío:
por el amor con que padeciste por mi alma
tantos desprecios, irrisiones,
negaciones y tormentos en la casa de Caifás:
¡Ten misericordia de mi!
Pacientísimo Jesús mío:
por el amor con que por mi padeciste
tantos falsos testimonios,
afrentas injurias
y acusaciones falsas en la casa de Pilatos:
¡Ten misericordia de mí!
Mansísimo Jesús de mi alma:
por los desprecios, escarnios
y burlas de la casa de Herodes;
por los azotes, corona de espinas
y mofas sangrientas,
y condenación a muerte de la casa de Pilatos:
¡Ten misericordia de mí!
Piadosísimo Jesús de mi alma:
por todo lo que por mí padeciste
en tu adorable Pasión,
desde la casa de Pilatos hasta el monte Calvario,
donde toleraste por mi amor el ser crucificado
para que yo me salvase:
¡Ten misericordia de mí,
ten misericordia de mí,
ten misericordia de mí!
Amén.
Traspasa, dulcísimo Jesús y Señor mío,
la médula de mi alma
con el suavísimo y saludabilísimo dardo de tu amor;
con la verdadera, pura y santísima caridad apostólica,
a fin de que mi alma desfallezca
y se derrita siempre sólo en amarte
y en deseo de poseerte;
que por ti suspire,
desfallezca por hallarte en los atrios de tu Casa;
anhele ser desligada del cuerpo para unirse contigo.
Haz que mi alma tenga hambre de ti,
Pan de los ángeles,
alimento de las almas santas,
pan nuestro de cada día,
lleno de fuerza, de toda dulzura y sabor,
y de todo suave deleite.
Oh Jesús, en quien se desean mirar los ángeles:
tenga siempre mi corazón hambre de ti,
y el interior de mi alma rebose
con la dulzura de tu sabor;
tenga siempre sed de ti, fuente de vida,
manantial de sabiduría y de ciencia,
rio de luz eterna, torrente de delicias,
abundancia de la casa de Dios:
que te desee, te busque, te halle;
que a Ti vaya y a Ti llegue, de Ti hable,
y todas mis acciones encamine
a honra y gloria de tu nombre,
con humildad y discreción,
con amor y deleite, con facilidad y afecto,
con perseverancia hasta el fin;
para que Tú solo seas siempre mi esperanza,
toda mi confianza, mi riqueza,
mi deleite, mi contento, mi gozo,
mi descanso y mi tranquilidad, mi paz,
mi suavidad, mi perfume, mi dulzura,
mi comida, mi alimento,
mi refugio, mi auxilio, mi sabiduría,
mi herencia, mi posesión, mi tesoro
en el cual esté siempre fija y firme
e inconmoviblemente arraigada
mi alma y mi corazón.
Amén.
con perseverancia hasta el fin;
para que Tú solo seas siempre mi esperanza,
toda mi confianza, mi riqueza,
mi deleite, mi contento, mi gozo,
mi descanso y mi tranquilidad, mi paz,
mi suavidad, mi perfume, mi dulzura,
mi comida, mi alimento,
mi refugio, mi auxilio, mi sabiduría,
mi herencia, mi posesión, mi tesoro
en el cual esté siempre fija y firme
e inconmoviblemente arraigada
mi alma y mi corazón.
Amén.
Especificar la petición
y rezar con mucha fe y devoción,
el Credo, tres Padrenuestros y tres Glorias.
el Credo, tres Padrenuestros y tres Glorias.
Oraciones escritas por san Buenaventura
(1221-1274). Doctor de la Iglesia.
0 comentarios:
Publicar un comentario