miércoles, 30 de junio de 2021

RITUAL PARA HABLAR CON TU ÁNGEL DE LA GUARDA


A todos nos gustaría saber el nombre de nuestro Ángel Guardián, eso nos daría una sensación de acercamiento y familiaridad. También nos permitiría tener una conversación más fluida y daría una mayor confianza.
Sabiendo el nombre de nuestro Ángel de la Guarda conseguiríamos establecer una relación más cordial al tiempo que nos facilitaría la forma de compenetrarnos con él y tener unos momentos de intima relación de compañerismo, de compenetración y amistad con el Ángel Custodio que Dios ha puesto a nuestro lado para que nos guíe, auxilie y proteja. 

Este efectivo ritual es para que puedas saber cual es el nombre de tu Ángel Guardián y conversar con él. 

Para esto se necesita preparar un espejo del rayo morado. 
Este espejo es un cristal redondo transparente no muy grande, de entre 15 y 20 centímetros, puedes conseguirlo en tiendas especializadas, pero también lo puedes fabricar con un cristal normal, mejor si es redondo. 
Para prepararlo el cristal se pinta por una de sus caras con pintura color violeta o morada. Cuando esté seca la pintura, se pega un mineral de color morado que simbolizan el poder, la creatividad, la espiritualidad, el equilibrio, la magia de la naturaleza y la del ser humano, (el más indicado es el cuarzo amatista, pero también puedes usar: ágata morada, sugilita, lepidolita, topacio... ). Hay que pegarlos en la parte del cristal que no está pintado hay que situarlos formando una cruz, es decir, sitúa el cristal frente a ti y coloca una arriba, otra abajo, una a la derecha y otra a la izquierda.

Una vez que el espejo ha sido preparado de esta forma, se consagra colocándolo sobre un paño violeta nuevo, que no esté usado y que sea de un tejido natural, como el algodón, la seda... El espejo se cubre del todo con sal gruesa marina por espacio de veinticuatro horas. Esto lo purifica y a la vez lo consagra en el elemento tierra que es simbolizado por la sal. Cuando se cubre el espejo con la sal se dice: 

"En Nombre del Creador del Universo y de sus celestes, benditos y santos ángeles, te consagro y purifico en el elemento tierra". 

Luego se le quita la sal y se rocía con "agua de los ángeles" (para prepararla introduce en agua mineral caliente una rama, u hojas, de olivo, de romero y de laurel, deja que se enfríe y ponla durante un día entero al aire libre, para que reciba la energía del sol y de la luna) o también puedes rociarlo con agua bendita, con cualquiera de los dos métodos queda consagrado en el elemento agua. 

Mientras lo rocías tienes que decir:

"En Nombre del Creador del Universo y de sus celestiales, benditos y santos ángeles, te consagro y purifico en el elemento agua". 

Para consagrarlo en el elemento fuego, se enciende una vela color violeta y se pasa a través del espejo en forma de cruz, yendo de una amatista a otra hasta completar las cuatro, y mientras se realiza esta operación se dice:

"En Nombre del Creador del Universo y de sus benditos y santos ángeles, te consagro y purifico en el elemento fuego". 

Por último se consagra en el elemento aire pasándolo sobre un incensario con incienso, puede ser puro en grano o una varilla de buena calidad, y se dice:

"En el Nombre del Creador del Universo y de sus muy benditos y santos ángeles, yo te consagro y purifico en el elemento aire".

Después que el espejo ha sido consagrado nadie más que su dueño podrá tocarlo. Cuando no esté en uso, se guarda en un sitio seguro envuelto en el paño violeta. 

El espejo de amatista (u otra piedra morada) se utiliza para saber los nombres de los ángeles y establecer contacto con ellos, especialmente el ángel guardián de la persona. Se usa el color violeta porque este color es el rayo más alto que existe en el espectro solar y el que conecta la corona de la cabeza con las fuerzas de alta jerarquía espiritual. En el sistema de las chacras representa la séptima chacra o centro vital que también está conectado con el chacra corona de la cabeza. 

Antes de usar el espejo, la persona debe haber ayunado por 24 horas y no haber consumido ningún producto aditivo, como el alcohol o las drogas. El ayuno es importante porque el estómago no debe estar lleno durante ningún ritual y la abstención ayuda a concentrar la atención de antemano en lo que se desea conseguir en el ritual. También es importante durante las 24 horas anteriores abstenerse de las relaciones sexuales, pues así se evita desperdiciar energías y disminuir el poder de la persona que va a hacer el ritual. La pureza de mente y de cuerpo son de importancia intrínseca en todo contacto con los ángeles. 

El ritual se debe llevar a cabo sólo en Luna Creciente y se puede hacer cualquier día de la semana pero nunca en sábado. La mejor hora para hacerlo es alrededor de la medianoche. La persona debe estar vestida de blanco o azul muy claro y con los pies descalzos. 
El lugar donde se va a realizar el ritual hay que limpiarlo de vibraciones negativas, un método es rociarlo con agua y sal de mar o con un cocimiento de hierbas de limpieza. También hay que purificarlo, se puede hacer con incienso, pasando el humo que desprende por todo el lugar. 
Una vez limpio y purificado se hace un círculo invisible alrededor del cuarto con un cuarzo blanco, el cual se ha limpiado con agua y sal de mar y programado para llevar a cabo purificaciones de este tipo, o con cualquier otro mineral que cumpla estas condiciones. El círculo imaginario se hace con la piedra en la mano derecha, empezando y terminando en el Este para proteger a la persona de fuerzas negativas. Al hacer el círculo se dice:

"En Nombre del Creador del Universo y los cuatro grandes Arcángeles, Rafael, Miguel, Gabriel y Uriel yo sello este círculo en luz y paz". 

Después que el círculo ha sido sellado la persona se sienta en el suelo sobre una sábana blanca. Las luces se apagan de antemano y solo se deja un punto de luz suave para poder ver lo que se hace, puede ser una o varías velas blancas. Sobre la sábana, frente a la persona, se coloca el paño violeta con el espejo amatista. Luego se dice: 

"En Nombre del Creador del Universo, yo pido a mis ángeles guardianes que se revelen ante mí en este espejo sagrado de amatista, en el rayo violeta. Amén".

A continuación, para concentrarse mejor, hay que cerrar los ojos, relajarse y respirar profundamente, inhalando por la nariz contando hasta cuatro, aguantando la respiración haciendo el mismo conteo y exhalando también en conteo de cuatro. Esta respiración se conoce como pranayama y hay que repetirla seis veces.
Inmediatamente después se empieza a contar hacia atrás, del diez al uno. Esto pone a la persona en un leve trance, en lo que se conoce como estado alfa, cuando es más fácil contactar las fuerzas del Inconsciente. Al llegar al número uno, levántese y diga: 

"Mi Angel de la Guarda, que velas principalmente por mí, revélame tu nombre y tu rostro divino en nombre de Nuestro Creador". 

Coloque de inmediato la mente en blanco, procurando no pensar en nada, y espere. Casi al instante va a llegar a la mente el nombre del ángel. El primer nombre que se perciba es el nombre del Ángel Guardián. Es importante no analizar el nombre, sino aceptarlo sin duda alguna. Tan pronto se recibe el nombre del ángel, se abren los ojos y se mira al espejo, visualizando una luz violeta que refulge sobre su superficie. En el medio de esta luz se forma el rostro o imagen del Ángel Guardián. Diga a continuación:

"Gracias, ángel mío y mencione su nombre". 

En estos momentos se pide un mensaje al ángel o se le pide ayuda en algo que se desea o necesita. Coloque de nuevo su mente en blanco y recibirá la respuesta del ángel. 

Esto también se conoce como la conversación con el Ángel Guardián. De esta manera se le pueden hacer preguntas al ángel y recibir su respuesta. Naturalmente que no es aconsejable hacer preguntas inapropiadas o que puedan ser ofensivas a un espíritu de alta jerarquía. La conversación con el Ángel Guardián debe ser usada para ayuda en la evolución espiritual de la persona o en situaciones materiales sobre las cuales la persona no tiene control y que se esperan peligros para ella o sus seres queridos. El contacto no debe pasar de quince minutos. 

Cuando el ángel ha contestado las preguntas, se le dan las gracias y se apagan las velas. Antes de recoger el espejo y la sábana, se toma el cuarzo de nuevo y se hace un nuevo círculo diciendo: 

"En Nombre del Creador del Universo y de sus grandes Arcángeles Rafael, Miguel, Gabriel y Uriel yo desvanezco este círculo en luz y paz y doy por terminado este ritual".

Ahora puedes retirar todo lo que has usado para hacer este ritual y guardarlo para cuando quieras hablar nuevamente con tu Ángel de la Guarda. Lo más conveniente es que todo lo empleado esté junto, en una caja o sitio especial donde nadie pueda verlo, tocarlo y mucho menos utilizarlo, pues es solo para tu uso personal. 

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