sábado, 8 de mayo de 2021

EL ARBOL DE LA VIDA, LAS ESFERAS Y LOS NOMBRES DE DIOS

 


Parte de la tradición Judeo-Cristiana enseña que la recompensa principal de las almas escogidas y de los santos es comer del fruto del Árbol de la Vida que se encuentra en el Paraíso. Esto significa el don de la vida eterna que solo le pertenece a Dios, pero que el ser humano puede alcanzar a través de su purificación. 

El Árbol de la Vida en la Cábala es un esquema o diseño formado por diez esferas o Sefirot, cada una de las cuales encierra en sí una de las características de Dios y del ser humano, además del universo creado. 
Las diez esferas en conjunto son una especie de archivo cósmico donde todo lo que existe está guardado. Cada esfera está regida por uno de los muchos nombres de Dios, uno de los coros angelicales y uno de los grandes ángeles. Las esferas tienen también una inmensa cantidad de atributos, como colores, números, piedras y planetas. 

La Cábala enseña que si se saben los nombres de Dios, de los ángeles y los atributos de cada esfera, y lo que esta contiene, es posible lograr todo lo que el ser humano pueda desear, ya que el Árbol de la Vida encierra todo conocimiento, además del gran poder de Dios. 

De acuerdo a la tradición cabalística, al reverso del Árbol de la Vida existe otro Árbol, que es el Qliphoth, formado por diez Sefirot o esferas adversas o negativas. Estos Sefirot caóticos están en desbalance y son completamente opuestos a las fuerzas armoniosas del Árbol de la Vida. Por esto se consideran maléficos y corresponden a las regiones infernales. 
Esto significa que existen dos árboles, uno positivo y otro negativo, y ambos deben ser considerados para poder comprender del todo la doctrina cabalística. Cada virtud, simbolizada por uno de los Sefirot o esferas del Árbol de la Vida, tiene un vicio correspondiente, simbolizado por el Sefirot opuesto en el Qliphoth. Los dos Arboles son como las dos caras de la misma moneda y el mundo material, representado por la esfera de Malkuth, está colocado en la cúspide o primera esfera del Qliphoth. 

Se dice que Malkuth es una esfera o Sefirat caída, porque fue separada del resto del Árbol de la Vida por el pecado de Adán. Debido a que el mundo material descansa sobre la primera esfera del Qliphoth o Árbol Infernal, la influencia de estas fuerzas oscuras se dejan sentir continuamente sobre la Tierra. El príncipe regente del Qliphoth es Samael, el ángel del veneno y de la muerte, también identificado con Satanás, al cual le corresponde la primera esfera del Árbol Infernal. 

La segunda esfera le corresponde a una de sus cuatro cónyuges, Eisheth Zenunim, la ramera, de cuya unión con Samael nace la bestia Chiva (que no debe confundirse con el dios Shiva del Hinduismo) y el cual representa a la tercera esfera. Las siete esferas o Sefirot restantes corresponden a los siete infiernos poblados de demonios representantes de todos los vicios y crímenes de la humanidad. Otra de las cuatro cónyuges que se le adjudican a Samael es la infernal Lilith, enemiga de los niños pequeños a quienes trata continuamente de destruir. 

La tradición secreta cabalística enseña que Lilith existió antes que Eva y fue la primera mujer de Adán, a quien le daba cien hijos cada día según el Libro de Adán y Eva. Esta tradición también dice que Lilith y no Eva fue la verdadera madre de Caín. Desde la caída de Adán, Lilith está suelta en el mundo, donde continuará haciendo estragos hasta el final de los tiempos y el Día del Juicio Final. 

El Árbol de la Vida representa estados cósmicos en distintas etapas de evolución y su poder es universal. Es posible, una vez que se tiene este conocimiento, comer el fruto del Árbol de la Vida. Pero para lograr esto, es necesario saber como utilizar este conocimiento, que solo es posible a través de los ángeles que rigen las esferas. En la lista que sigue están los nombres de las esferas, con el nombre de Dios, el coro de los ángeles y el nombre del Ángel principal que las rigen. En la magia angelical de la Cábala se pueden invocar los ángeles de las esferas para lograr algo que se desea.

Tabla 1: El Árbol de la Vida



Los nombres de Dios 

Indudablemente el nombre más popular y conocido de Dios es el Tetragramatón, que significa "el gran nombre de cuatro letras". Estas letras son YHVH o YHWH. La mayor parte de las autoridades bíblicas pronuncian este nombre como Yaveh o leve y los pueblos cristianos como Jehová, pero en realidad la pronunciación exacta del nombre divino es desconocida. 


En tiempos bíblicos solo el gran sacerdote del templo sabía como pronunciar el nombre el cual pronunciaba solo una vez al año. Debido a que el hebreo no contiene vocales y está compuesto sólo de consonantes, para saber como pronunciar una palabra se colocan una serie de puntos debajo de las letras los cuales indican el sonido de la vocal que corresponde. Por ejemplo, si se fuera a escribir la palabra "casa" sin vocales, escribiríamos "cs". Pero esto no nos dice que palabra está indicada por estas letras, ya que no solo casa sino caso, casi, cesa, case, cose, ocaso, acaso y cosa se puede colocar entre las consonantes c y s. Para saber cual de estas palabras está indicada por la "es" es necesario indicar cuales son las vocales de la palabra y donde éstas van colocadas. 

En hebreo esto se resuelve con uno o más puntos debajo de las consonantes de una palabra. Los puntos le dicen al lector como se lee o pronuncia la palabra. En el caso de YHVH los puntos que deciden como se pronuncia este nombre se han perdido con el transcurrir de los milenios. 

En tiempos bíblicos, los escribanos que copiaron las escrituras, deseosos de preservar el secreto de la pronunciación del nombre sagrado, sustituyeron la verdadera puntuación con la puntuación del nombre Adonaí, que significa Señor en hebreo. De esta errónea transcripción del nombre es que surgió la pronunciación errónea de Jehová. El nombre YHVH es frecuentemente interpretado como "El que Es." 

Entre otros nombres conocidos de Dios está Elohim, traducido como Señor Dios, y Jah, que es el nombre utilizado en el Hallelujah o alabanzas a Dios. Hallel significa alabanzas, U significa "a" y Jah, significa Dios. 

Otro nombre mencionado en las escrituras es el que Dios mismo le da a Moisés desde el arbusto ardiente: Cuando el Dador de la Ley le pregunta al Creador cual es su nombre, este le dice: Ejeieh Asher Ejeieh, es decir, Yo Soy el que Soy. El nombre Ejeieh significa por sí solo: Yo Soy. Es decir, Dios le dice a Moisés, yo no necesito nombre porque Yo simplemente SOY. 

Pero el nombre de poder de Dios, en el cual está encerrado su Gloria y su ser es YHVH. Por eso las escrituras dicen que Dios y su nombre son Uno, es decir el nombre de Dios, YHVH, es Dios. Conocer el nombre de Dios equivale a conocerlo a El y a ser merecedor de su gracia y protección. Esto lo expresa el Salmo 91 donde Dios dice "Lo protegeré porque ha llegado a conocer mi nombre". 

Una de las tradiciones cabalísticas dice que los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, conocidos en hebreo como Tora (la ley), desde la primera palabra del primer Libro a la última palabra del Quinto, forman uno de los nombres de Dios en el hebreo original. Los libros apocalípticos y apócrifos, como el tercer Libro de Enoch y El sexto y séptimo libro de Moisés revelan muchos de los nombres de la Divinidad. Enoch va más lejos y provee una lista con los setenta nombres de Dios que pueden ser pronunciados y advierte que hay muchos más, los cuales están prohibidos pronunciar.

Los setenta nombres de Dios que se pueden invocar, de acuerdo a Enoch, son los siguientes: 

1. Hadiriron YHVH de las Huestes, Santo, Santo, Santo 
2. Meromiron 
3. Beroradin 
4. Neuriron 
5. Gebiriron 
6. Kebiriron 
7. Dorriron 
8. Sebiroron 
9. Zehiroron
10. Hadidron 
11. Webidriron 
12. Wediriron 
13. Peruriron 
14. Hisiriron 
15. Ledoriron 
16. Tatbiron 
17. Satriron 
18. Adiriron 
19. Dekiriron 
20. Lediriron 
21. Seririron 
22. Tebiriron 
23. Taptapiron 
24. Apapiron 
25. Sapsapiron 
26. Sapsapiron (este nombre es idéntico al anterior pero la pronunciación parece ser distinta; tal vez el nombre anterior deba ser pronunciado como Shapshapiron, pero esto no es claro en el libro) 
27. Gapgapiron 
28. Raprapiron 
29. Dapdapiron 
30. Qapqapuron 
31. Haphapiron 
32. Wapwapiron 
33. Pappapiron 
34. Zapzapiron 
35. Taptapiron 
36. Apapiron (este nombre es idéntico con el número 24)
37. Mapmapiron 
38. Sapsapiron 
39. Napnapiron 
40. Laplapiron 
41. Wapwapiron (idéntico al número 32) 
42. Kapkapiron 
43. Haphapiron

Todos los nombres del número 1 al 43 son seguidos por las letras del Tretagramaton, YHVH, pero para mayor brevedad no fueron incluidas aquí. Todos los nombres del 44 al 70 son seguidos por el nombre de Jah, exactamente como esta escrito el nombre de Taptabib.

44. Taptabib, el cual es Jah, el mayor YHVH 
45. Ababib 
46. Qapqabib 
47. Sabsabib 
48. Babbabib 
49. Sapsabib 
50. Gabgabib 
51. Rabrabib 
52. Harabrabib 
53. Pabpabib 
54. Habhabib 
55. Ababib (idéntico al número 45) 
56. Zabzabib 
57. Sabsabib (idéntico al número 47) 
58. Hashabib 
59. Tabtabib (idéntico al número 44)
60. Wesisib 
61. Pabpabib (idéntico al número 53) 
62. Basbasib 
63. Papnabib 
64. Lablabib 
65. Mabmabib 
66. Nupkabib 
67. Mammambib 
68. Nupnubib 
69. Paspabib 
70. Sassib

Esta lista se divide en dos clasificaciones, cuarenta y dos nombres divinos terminando en "on" y veintisiete terminando en "ib." 

El único nombre que no entra en estas clasificaciones es el tercero, Beroradin. El terminar "on" significa grande. El significado de la terminación "ib" no es aclarado en los comentarios sobre el libro. La repetición de varios de los nombres no es explicada en el texto, pero se aconseja que los nombres deben pronunciarse en el orden en que son dados.

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