Glorioso san Martín Caballero,
¡oh bienaventurado san Martín de Loba!,
aclamado como padre de la providencia
dame tu poderosa protección.
No me abandones, dame santa limosna
dame tu poderosa protección.
No me abandones, dame santa limosna
como Dios se la dio a los pobres,
haz santo amado mío,
que cuanto negocio haga yo
se me venda y desaparezca comprado.