Sol luminoso de
caridad
y verdadero Padre de los pobres,
glorioso san Francisco de
Paula,
como pobre y
necesitado de salvación recurro a ti
para que me alcances
del Señor una fe viva,
una esperanza
fuera de toda duda,
una caridad
ardiente con mis hermanos
y una paciencia
inalterable en las pruebas
y contrariedades
de la vida.
Tú, que de un modo
vivo y completo
reflejaste la
imagen de nuestro divino Redentor,
ayúdeme a modelar
mi vida
según el ejemplo y
enseñanzas
de nuestro Señor y
Salvador, Jesucristo.
Dame tus
bendiciones y ayuda poderosa
en toda necesidad
material o espiritual,
e intercede por mí
para que
pueda resolver de
manera satisfactoria
las dificultades y
problemas que tanto me afligen;
tú que fuiste
distinguido por Dios
con el don de
obrar incontables milagros
haz, glorioso san Francisco
de Paula,
que alcance del
Señor lo que con esperanza solicito:
(hacer la
petición).
Oh santo
bienaventurado,
confío en tu
valiosa y prodigiosa mediación
y sé que con tu
ayuda seré prontamente atendido.
Caritativo y
venturoso san Francisco de Paula,
tú que fuiste
elevado a la gloria de los santos,
y velas con amor y
caridad por los que a ti acudimos,
consigue también
de Dios Misericordioso
que caminando
santamente
durante esta
peregrinación terrena,
merezcamos gozar
contigo
de los inefables
gozos de la divinidad
en la plenitud de
la eterna bienaventuranza.
Espero confiadamente alcanzar estas gracias
con tu eficaz y poderosa ayuda
y protección
y la maternal
intercesión de la Santísima Virgen María,
en virtud de los
méritos infinitos
de nuestro Señor Jesucristo.
Así sea. +
Rezar, confiando en el milagroso y poderoso
san Francisco de Paula,
tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
BIOGRAFIA
Francisco de Paula fue un hombre de Dios entregado y fiel, un gran penitente que vivió en continua oración despegado de los bienes terrenos y entregado en cuerpo y alma a Dios, aún en los momentos de mayor dificultad. Este gran santo siempre estaba dispuesto a hacer el bien, fue compasivo ante el sufrimiento ajeno y capaz de dirigir a todos una palabra de alivio, así como de amar a todos con una caridad ardiente y eficaz. Los prodigios y milagros acompañaron toda su vida.
San Francisco nació en Paula el 27 de marzo de 1416. A los 13 años realizó
una peregrinación con sus padres a las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo en
Roma, a los santuarios de Asís y Loreto, y, a la vuelta, la ermita de Monteluco
en Montecasino.
A regresar a Paula, siguiendo la llamada de Dios, se retiró a vivir en una
gruta a orillas del río Isca a pocos Km. de su ciudad natal.
Hacia los 20 años se le unen otros jóvenes que desean compartir su modo de
vida. El los acogió y comparten un estilo de vida de oración y penitencia.
Al aumentar el número de seguidores se fundó la primitiva Congregación
eremítica, aprobada por Mons. Pirro Caracciolo, arzobispo de Cosenza y
confirmada por el papa Sixto IV en 1474. Con las aprobaciones sucesivas de las Reglas
su Instituto fue contado entre los órdenes Mendicantes con el nombre de Orden
de los Mínimos. El número de los conventos se multiplicó en Italia.
San Francisco de Paula a la edad de 67 años parte para Francia por encargo
del Papa y deseos del rey Luis XI, quién habiendo oído de la santidad de
Francisco, espera ser curado por su oración. De este modo se vale Dios para que
la Orden de los Mínimos se extienda en Francia donde vivió Francisco 24 años.
También llega la Orden de los Mínimos a España, aunque Francisco no viniera
personalmente. Y es en España, concretamente en Andújar (Jaén) donde se funda
el primer convento de Mínimas, dando comienzo a la Segunda Rama de la Orden de
los Mínimos.
A la edad de 91 años Francisco pasó a la patria celestial el 2 de abril de
1507. Por su fama de santidad, enseguida fue introducida la causa de
beatificación y en 1519 fue canonizado por el Papa León X.
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