martes, 14 de mayo de 2013

ORACION A SAN TOBIAS PARA PEDIR AYUDA Y PROTECCION


Reproduccion del cuadro La Curacion de Tobias de Enero Massys.


Santo Señor, Oh Dios Padre Todopoderoso,
 por tu Nombre santísimo que todo lo puede, 
por el gran amor que nos das en nuestras vidas, 
 te elevo esta humilde alabanza
 al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo trino. 

Oh Señor, Dios Altísimo, 
 Tu qué hiciste acompañar a tu siervo Tobías hijo
por la presencia divina del arcángel Rafael,
para emprender el largo viaje,
que lo llevaron a la victoria contra el enemigo de Sara,
para dejarla libre del demonio que la atormentaba
líbrame de todo enemigo y mal espíritu que me aceche.

Oh Señor que devolviste la vista a Tobías
con las vísceras del enorme pez,
abre mis ojos para ver todo lo que debo ver. 

Señor que estas siempre dispuesto a auxiliar,
que nos bendices con tu infinita misericordia,
alíviame en las adversidades de la vida,
como hiciste con Tobías y su hijo,
y mediante su muy eficaz intercesión
dame tus favores, dame tu Divina Providencia,
para remediar esta gran necesidad 
que como bien sabes me afecta grandemente 
y me causa dolor y mucha preocupación:

(hacer con esperanza la petición).

Oh Padre de inmensa bondad, confío en Ti, 
sabes que estoy necesitado-a de ayuda, 
por favor, no me dejes sin tu generoso socorro, 
alivia mis necesidades, dame tu amparo, 
haz que yo también reciba Tu asistencia celestial
para que te hagas presente al lado mío,
en todos los caminos, en todo momento, 
 y especialmente a la hora de la prueba,
para que mi fe sea inquebrantable
 y me conduzca a la victoria.
Te lo pido por Jesucristo,
nuestro Señor y nuestro hermano. 
Amén. + 

Hacer el Acto de Contrición (Señor mío Jesucristo...)
y rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias. 
La oración y los rezos se hacen tres días seguidos. 

NOTAS SOBRE TOBIAS

EN LA BIBLIA, SEGÚN EL ANTIGUO TESTAMENTO, está el libro de Tobit (también llamado Libro de Tobias), escrito hacía el año 200 antes de Cristo, y en donde se puede leer la historia de este santo, siendo un libro de carácter "edificante" que invita a confiar en la Providencia Divina, y donde se destacan otros valores de profundo contenido evangélico: la Presencia de Dios en las relaciones familiares, la santidad del matrimonio, el respeto entre hijos y padres, la caridad y el buen obrar hacia los pobres, la práctica de la limosna, la aceptación humilde de las pruebas y la gran eficacia de la oración.

Tobías, un anciano de gran sabiduría, fue siempre un exacto cumplidor de sus deberes religiosos. Siendo todavía muy joven, cuando sus familiares se apartaron de la verdadera religión y empezaron a adorar al becerro de oro, él, en cambio, nunca quiso adorar ese ídolo y era el único que en su familia iba en las grandes fiestas a Jerusalén a adorar al verdadero Dios. Y siempre daba la décima parte de lo que ganaba para el templo y para los pobres. 

Se casó con una mujer de su propia religión, llamada Ana, y tuvo un hijo al cual le puso también el nombre de Tobías. 

Cuando el pueblo de Israel fue llevado cautivo a Nínive, Tobías tuvo que ir también allá en destierro, pero allí le concedió Dios la simpatía de los gobernantes y llegó a ocupar un alto puesto en la administración del gobierno. Aprovechó el buen sueldo que tenía para hacer sus buenos ahorros y prestó a un amigo suyo, que vivía en una ciudad lejana, el dinero que había logrado conseguir con su trabajo. 

Después de un tiempo hubo un cambio de gobierno y el nuevo rey, llamado Senaquerib, atacó a Jerusalén, pero, por milagro de Dios, no pudo tomarla, y volvió lleno de ira a Nínive donde empezó a perseguir a los israelitas que allí habitaban. También quitó del cargo a Tobías y éste quedó sumido en la pobreza. 

El rey hizo matar a muchos israelitas y prohibió que los sepultaran, pues quería que los dejaran en los campos para que fueran devorados por los cuervos. Pero Tobías, que era muy piadoso y muy caritativo, se dedicó de noche a sepultar los cadáveres de sus paisanos. Y un día volvió a casa muy cansado de estos trabajos y se sentó junto a una pared y se quedó dormido. Pero arriba había un nido de golondrinas y le cayó excremento caliente en los ojos que le causaron graves quemaduras y, aunque los médicos le aplicaron diversos remedios, su enfermedad se agravó y perdió totalmente la vista quedando ciego. Y así estuvo durante 4 años. 

Como Tobías estaba ciego, su esposa tuvo que conseguir empleo en una fábrica de tejidos, para ganar el sustento de la familia. Y un día a ella le regalaron un cabrito. Tobías al oír balar al animalito le dijo a la mujer: "Cuidado, ¿no habrás robado ese cabrito? porque si es ajeno hay que devolverlo, porque preferimos ser totalmente pobres a tener que quitar a alguien nada". La esposa al oírle esto lo insultó y le dijo: "¿De qué te han servido tantas limosnas que regalabas y tantas oraciones que rezabas? Mira a qué estado tan desdichado has llegado". 

Tobías, lleno de tristeza ante estas palabras, se retiró a llorar y rezaba diciendo: "Dios mío, todos estos sufrimientos nos llegan por los pecados que hemos cometido. Señor, apiádate de mí, y si he de seguir sufriendo tantas humillaciones, más bien acuérdate de mí, y llévame hacia Ti". 

Mientras tanto, en una ciudad lejana, una joven estaba también siendo humillada terriblemente. Se llamaba Sara. Se había casado siete veces, pero cada vez que se casaba, antes de que su esposo se le acercara llegaba el demonio Asmodeo y mataba al hombre. Y un día Sara regañó justamente a una sirvienta, y ésta, para desquitarse, le dijo: "Que nadie vea hijos tuyos, porque eres una asesina de siete maridos". Al oír semejante infamia, la joven Sara se fue a la azotea a llorar y hasta tuvo deseos de suicidarse, pero rechazó este mal pensamiento porque aquello traería muchos sufrimientos a sus padres. Entonces oró a Dios diciendo: "Señor, tú sabes que yo he hecho siempre lo mejor posible por tener un buen comportamiento. Oh Señor, si he de seguir escuchando semejantes insultos de la gente, prefiero más bien que me lleves a Ti y me saques de esta vida. Pero si crees que lo mejor es que yo siga viviendo en esta tierra, te suplico que me libres de esta pena tan grande". 

Y las dos oraciones llegaron al mismo tiempo al Cielo. La de Tobías, que había sido humillado, y la de Sara, que había sido insultada. Y Dios dispuso responder a estas dos plegarias enviándoles un ángel a ayudarlos. 

En aquel tiempo se acordó Tobías de que su amigo Gabael, que vivía en una ciudad lejana, le debía un dinero que él le había prestado. Y llamó a su hijo Tobías y le dijo: "Ve a la plaza y busca un buen hombre que te quiera acompañar durante el largo y peligroso viaje que vas a emprender, y dile que le pagaremos el sueldo debido durante todo el tiempo que dure el viaje". 

Y entonces envió Dios al Arcángel San Rafael disfrazado de hombre, el cual se le ofreció a Tobías para acompañarlo en el largo recorrido. Tobías padre lo aceptó porque parecía ser muy buena persona.

Antes de que su hijo se despidiera para iniciar su viaje, Tobías le dio estos consejos: 
"Tu mejor tesoro será siempre tener temor de ofender a Dios, y alejarte de todo pecado. Te conviene pedir siempre consejo a los que son prudentes y bien instruidos. Debes bendecir a Dios en toda circunstancia. Pídele que sean buenos todos tus comportamientos y que lleguen a buen fin tus proyectos. Te aconsejo que compartas tus alimentos con los hambrientos y tus comodidades con los que no las tienen. Todo cuanto no necesites debes darlo a los pobres. No hagas nunca a nadie lo que no quieres que te hagan a ti. Jamás se te vaya a ocurrir casarte con una mujer que no sea de nuestra santa religión. No pierdas el tiempo, porque la ociosidad es la madre de la miseria. Haz limosnas con generosidad, pero con alegría y sin echar en cara lo que regalas. Recuerda que el dar limosna libra de muchos males. Trata siempre con mucho cariño a tu madre. Recuerda lo mucho que ella ha sufrido por ti. Recuerda que si te esfuerzas por pórtate bien, el Señor Dios te concederá muchos éxitos". 

Bendecido por su padre emprendió Tobías a la lejana ciudad de Ragués, acompañado por el ángel Rafael. La madre lloraba mucho y estaba desconsolada, pero Tobías le decía: "No te preocupes tanto, que Dios, que nos ama y nos protege, hará que nuestro hijo logre ir y volver sin que le suceda ningún percance". 

Y al llegar al río Tigris, Tobías entró al agua, pero un enorme pez se le lanzó a morderlo. El ángel le gritó: "Agarra fuerte al pez y lánzalo fuera". Así lo hizo. Y en seguida Rafael le dijo: "Ábrelo y sácale la hiel, y el corazón, que nos van a ser muy útiles". Tobías sacó la hiel y el corazón del pez y los envolvió y los guardó. 

Al llegar a la ciudad de Ecbatana, se hospedaron en casa del israelita Raguel, padre de Sara, la joven que había orado con tanta tristeza. Tobías se enamoró de Sara, pero Raguel le contó que el demonio había matado a los otros siete que habían tratado de casarse con ella. Rafael le dijo a Tobías que podía casarse tranquilamente, pues él alejaría al demonio Asmodeo. Se celebraron las bodas muy festivamente y Tobías y Sara rezaron con mucha fe pidiendo a Dios que bendijera su matrimonio. Tobías dijo: "Señor: tú sabes que no me caso por satisfacer mis pasiones, sino por formar un hogar donde se honre al verdadero Dios y se practique la verdadera religión". Y Sara también rezó encomendando a Dios su nuevo matrimonio y hogar. Y el ángel Rafael ató al demonio Asmodeo y lo llevó a un desierto y no permitió que les hiciera daño a los recien casados. 

Mientras en la familia se celebraban fiestas en honor de los desposados, el ángel Rafael fue hasta donde vivía Gabael y presentándole el recibo de Tobías, cobró el dinero que le debía y lo guardó. Y con este dinero y con toda la herencia que los padres de Sara le dieron a su hija se dispusieron a regresar a Nínive. 

Tobías y su esposa Sara volvieron a Nínive, donde los ancianos padres estaban ya muy angustiados por su ausencia. El ángel le dijo: "Tan pronto te encuentres con tu padre, refriégale en los ojos la hiel del pescado". Así lo hizo el joven, y apenas su padre lo abrazó, el le restregó por los ojos la hiel, y se le cayeron unas escamas y recobró la vista y empezó a bendecir a Dios delante de todos. 

Tobías le dijo a su hijo: ¿que pagaremos a este compañero tan bueno que tantos favores nos ha hecho? Démosle la mitad de todo lo que hemos conseguido. Pero el ángel les dijo: "Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre delante de Dios. El Señor me envió para ayudaros, porque El ha escuchado todas las oraciones que le habéis dirigido. Porque eras aceptable a Dios por eso te permitió sufrimientos para que consiguieras mayores premios. Pero cuando vosotros rezabais angustiados, yo llevaba vuestras oraciones ante el Trono de Dios". 

Y continuo diciendo: "No sintáis nunca vergüenza de contar a todos los favores que Dios os ha hecho. Recordad que la limosna borra muchos pecados. La oración y el hacer sacrificios hacen inmenso bien. Los que se dedican a pecar son enemigos de la propia felicidad. Pero los que se dedican a repartir limosnas consiguen muchos favores de Dios". 

Ellos se arrodillaron para venerar al ángel y darle las gracias, y éste desapareció. 
Y así la familia de Tobías gozó en adelante de mucha paz y felicidad porque Dios los bendecía mucho y los ayudaba siempre, y ellos siguieron todos siendo fieles a la santa y verdadera religión. 

Las antiguas y bellas historias de Tobías, Judith, Ester y Ruth, pertenecen al género de los relatos "edificantes", o narraciones elaboradas con el fin de transmitir una enseñanza de carácter moral y religioso. En ellos se cuentan los episodios ejemplares y didácticos de su protagonista, que da el nombre a sus respectivos libros. 
Los cuatro libros forman un conjunto aislado del mismo estilo y forma literaria dentro de las historias ejemplares cuya finalidad es enseñar, exhortar y animar al pueblo. 

La hermosa historia de Tobías-padre y de Tobías-hijo es como “evangelio antiguo” que quiere avivar la esperanza de los israelitas en los momentos difíciles de sus continuos y asiduos destierros. 
La historia del anciano Tobías nos recuerda la estampa y fotografía paralela de la vida del santo Job. 
Tobías es un israelita desterrado en Nínive que en medio de un antagónico mundo pagano mantiene firmemente su fe y culto al Dios verdadero. A pesar de la prohibición expresa del rey daba devotamente sepultura a sus compatriotas muertos en el exilio. 

Un día al volver a casa fatigado de tanto enterrar se adormeció y mientras descansaba le cayó estiércol caliente de golondrina sobre los ojos y se quedó ciego. 

En otro tiempo había prestado algo de dinero a un pariente suyo que vivía en Persia. Ahora ciego, sin trabajo y necesitado envía a su hijo Tobías para reclamarlo y es cuando se presenta un hermoso joven –el arcángel San Rafael- para acompañar a Tobías-hijo en el camino y en la empresa. 

Durante el viaje –el ángel- ofreció hospedaje a Tobías en una antigua familia conocida de los suyos. Allí el pariente Raguel con su única hija Sara, que, había padecido grandes desgracias y estaba viuda nuevamente, muchas veces casada y cada vez viuda. En medio de tantas pruebas y tribulaciones nunca había perdido la calma ni la fe ante el Señor. 

La Providencia, con la ayuda del ángel, arregló que Tobías pidiese la mano de la hermosa y joven Sara, se celebró el matrimonio con gran festejo y alegría y después de los debidos intercambios de regalos, protocolos y despedidas y cobrado el préstamo, el ángel, Sara y Tobías y demás séquito regresaron a casa de sus ancianos padres. 
Allí aumentó la dicha de todos con la curación milagrosa de la ceguera del anciano piadoso Tobías que al querer agradecerle generosamente todo lo que había hecho con su familia se presenta el ángel o enviado de Dios, el Arcángel san Rafael. 

El anciano Tobías vivió así su “protoevangelio” con la confianza y la fe en las divinas promesas, en la oración y amistad con Dios, en la caridad y delicadeza con el prójimo, en trabajos y obras de misericordia –enterrar a los muertos-, con gran paciencia en sus tribulaciones, desterrado, pobre, ciego, incomprendido por familiares y ajenos. 

1 comentarios:

  1. Gracias muy bonita oracion.. atoda mi familia de mis hijas y esposo y tambien mi madre y hermanos y madre.y familia mi esposo...san tobias amen.

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