Bienaventurado arcángel san Rafael,
que te encuentras
a la diestra del Trono de Dios
y le ofreces a El
nuestras oraciones,
tú que nos asistes y vigilas nuestros pasos
y eres la alegría y consuelo del afligido,
escucha la plegaria que sale de nuestro corazón
y amigo de Dios,
y te ruego alejes los enemigos y males de mi vida.
Te escojo como mi
amigo y buen patrón,
y deseo escucharte y obedecerte
como el joven Tobías lo hizo contigo.
Deseo que seas mi
guía y protector,
mi guardián en todos los
momentos de peligro,
que seas mi auxilio en mis problemas y dificultades,
que seas mi consejero y bienhechor
cuando tenga que
tomar decisiones en mi vida
y las dudas, miedos y desesperaciones me agobien.
Recuerda
queridísimo San Rafael Arcángel,
que fue la Gracia
de Dios la que te preservó
junto a los
ángeles buenos en el Cielo,
cuando los
orgullosos fueron enviados al infierno.
En la misma forma
te suplico me ayudes
en mi lucha contra
las adversidades,
contra las difíciles situaciones y problemas,
contra los males y maldades,
contra Satanás y
los espíritus de impureza.
Defiéndeme de
todos los peligros
y de toda ocasión
de pecado.
Dirígeme siempre
por el camino de la paz,
del amor, la justicia y la verdad,
dirígeme hacia
la salvación de mi alma.
Ofrece mis
oraciones a Dios,
así como
ofreciste las de Tobías,
de tal forma que
con tu intercesión
pueda obtener los favores que tanto preciso,
en especial dame tu asistencia y lleva mis suplicas
ante el trono del Altísimo
para que con su misericordia me conceda alivio
en estas desesperadas necesidades
y difíciles problemas:
(hacer ahora con mucha fe la petición)
y difíciles problemas:
(hacer ahora con mucha fe la petición)
Te pido que Dios
me conceda este favor,
según su
Sacratísima Voluntad.
Pide por todos los que confiadamente acudimos a ti.
¡Oh gloriosísimo san Rafael!
¡Oh gloriosísimo san Rafael!
danos tu beatifica y poderosa mediación
y haz que con tu protección incomparable
adelantemos cada día en servir fielmente
a Dios nuestro Señor.
Arcángel san Rafael,
Arcángel san Rafael,
lucha a nuestro lado con tus Santos Ángeles,
ayúdanos y ruega por nosotros,
y condúcenos ante Dios Padre,
para cantar contigo y todos los Ángeles del Cielo
la alabanza, honor y gloria ante Aquel
que reina por los siglos de los siglos.
¡Oh soberano Arcángel san Rafael,
cuál es tu grandeza que no cabe más
en los Coros de los Ángeles!
¡y cuál ha de ser tu piedad conmigo,
concediéndome lo que te suplico!
¡Y cuánta obligación ha de ser en mi
el reconocer los beneficios que espero
de la Majestad de Dios por tu eficaz Intercesión!
Soberano Arcángel guíame siempre
para que en mi fragilidad no tropiece en los caminos,
haz que de mí solo salgan las mejores palabras
para alabar al Señor, mi Padre Eterno,
y desear el bien del prójimo;
ablanda mi corazón para que reconozca
y me arrepienta con todo mi ser
de las ofensas que hubiera podido cometer con Dios
y la crueldad que hubiere tenido con mis enemigos.
Arcángel mío, dame tu fortaleza y auxilio,
dame todo lo bueno y aleja lo malo de mi vida.
Amén. +
Reza siete Padrenuestros y siete Glorias.
Haz la oración y los rezos tres días seguidos.
Dios nos ayude con esta poderosa oración para sanación de alma y cuerpo
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