¡Oh gloriosa santa Isabel de
Hungría!,
princesa de la caridad,
llamada por el pueblo “madre de
los pobres”,
santa benefactora de los desvalidos,
de los necesitados, enfermos y
abandonados
danos un espíritu de justicia,
paz y amor.
Compasiva santa Isabel de Hungría
que a la muerte de tu esposo, el
rey,
fuiste injustamente humillada y perseguida
y falsamente acusada de malgastar el tesoro
real
en dar comida al hambriento, y
morada al desvalido,
en construir hospitales y en obras de caridad.
Tú que, pese a ser desterrada y de la corte
excluida,
permaneciste leal a tus hermanos
en Cristo,
los perseguidos, marginados, pobres y
enfermos,
y te despojaste de todo, como
Jesús en la Cruz,
y te fuiste a vivir entre ellos
para servirlos mejor,
intercede por nosotros que tanto
te necesitamos,
pide al Señor nos conceda su urgente
patrocinio
para poner remedio ante este
infortunio
que nos desespera, aflige y tanto nos
oprime:
(hacer la petición).
Santa Isabel penitente,
tú que por amor a Cristo y al prójimo,
y siguiendo las huellas del
santo de Asís,
te entregaste con gran afán y servicio
a remediar las injusticias
terrenas,
media por nosotros, te
suplicamos,
y consíguenos prontamente
los que en esta oración
solicitamos.
Guíanos por los caminos de la
virtud
enséñanos a amar sobre todo la prudencia y la
justicia,
la fortaleza
y la templanza,
y pide al Señor nos dispense a cada uno
poner siempre en Él nuestra solida esperanza,
con la seguridad de que,
al seguirlo llevando nuestra cruz,
llegaremos con Él a la luz de la Resurrección.
Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.
Así sea. +
Reza con gran fe y esperanza tres Credos y tres Glorias.
Repite la oración y los rezos durante tres días consecutivos.
BIOGRAFIA BREVE:
Nacida en cuna noble, Santa
Isabel consagró su vida a la oración y la caridad. Hija del rey de Hungría
Andrés II y de la reina Gertrudis de Andech-Meran y sobrina de Santa Eduviges,
fue ejemplo de hidalguía y de servicio al prójimo, en especial, enfermos y
necesitados.
Se dedicó asiduamente a la oración y a la caridad. A
la muerte de su esposo en la cruzada, se abrazó con la pobreza, y fundó un
hospital en el que ella personalmente servía a los enfermos más desgraciados.
El pueblo agradecido por los favores que constantemente les hacia le dio el apelativo cariñoso de "madre buena".
Su pasión por Cristo se manifestaba y se alimentaba a
través de una comunión profunda con Él, hecha de una vida de oración intensa y
continua, que a veces desembocaba en el éxtasis. La conciencia constante de la
presencia del Señor era la fuente de su fortaleza, de su alegría y de su
compromiso con los pobres.
Esta gloriosa santa "Princesa de la caridad" es invocada para solucionar
conflictos entre padres e hijos, entre matrimonios, entre la pareja, para
necesidades de dinero y trabajo; carencias en el hogar, problemas familiares, conflictos en el hogar.
Patrona de las sociedades de
caridad; novias; personas falsamente acusadas; reinas; paz; personas que sufren
por adulterio e infidelidad; personas celosas; viudas; terciarios. Invocada en
tiempos de guerra; contra las discusiones y peleas; en matrimonios con problemas, cuestiones económicas difíciles de resolver...
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