"Oh glorioso
Príncipe Miguel:
santo Ángel del Paraíso,
tú que eres benigno,
compasivo y bondadoso
y fuiste dotado de
un incomparable amor,
hacía y para Dios y los hombres,
tú que estas
invisiblemente activo para ayudarnos
y no existe alma
que escape a tu atención,
tú que eres
invocado para presentar Las almas
a la luz santa del Juicio Divino,
socórreme con tu
poder y fortaleza,
dame seguridad y
esperanza,
destruye el miedo
y la duda que me embargan
y ayúdame a
superar los obstáculos que me frenan.
Arcángel san Miguel,
Príncipe de misericordia
tú que fuiste
elegido por Dios
para llevar a cabo
la defensa de su Ley,
y para establecer
y proteger la justicia del hombre
tú que portas en
tus manos
la balanza de la
eterna justicia divina,
escucha mi voz,
atiende mis suplicas.
Concédeme que la
justicia del hombre,
la justicia aquí
en la tierra,
sea benévola, equitativa, honesta,
que no haya abuso,
ni favoritismo,
ni tiranía, ni
atropello, ni privilegios
que me perjudiquen
y discriminen,
haz que mis miedos
desaparezcan
y que no triunfe la injusticia y
la sinrazón,
haz que no encuentre sitio quien sobre mi intrigue,
que no tengan voz los que sobre mi mientan
o quieran levantar falsos testimonios,
o me difamen o hablen sin verdad.
haz que no encuentre sitio quien sobre mi intrigue,
que no tengan voz los que sobre mi mientan
o quieran levantar falsos testimonios,
o me difamen o hablen sin verdad.
Sobre todo atiéndeme
en esta situación
difícil y urgente
que hoy me angustia e inquieta:
(hacer la
petición).
Consígueme
arcángel san Miguel justiciero
que la sentencia
me sea favorable,
yo te prometo
hacer todo lo posible
para no volver a
caer en los errores
que me han llevado
a esta situación.
Príncipe de la
Luz,
ilumina mis caminos,
líbrame de la oscuridad.
Capitán de los
ejércitos del Señor,
defiéndeme de las
fuerzas del mal,
y dame fuerza
de voluntad
para enfrentarme a
los desafíos de la vida.
¡Oh, arcángel San
Miguel!,
Príncipe celeste,
mi ángel tutelar,
¡escucha mi voz!
En nombre del
Padre,
en nombre del
Hijo,
y en nombre del
Espíritu Santo.
Amén.
Rezar fervorosamente y pidiendo la inestimable ayuda
del Arcángel san Miguel,
tres Credos, tres Padrenuestros y tres Glorias.
Hacer la oración y los rezos durante tres días consecutivos.
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