Querida santa Mónica,
esposa y madre preocupada,
muchas tristezas se clavaron
durante tu vida en tu dolido corazón,
sin embargo, nunca te desesperaste
ni te afligiste, ni desfalleciste, ni perdiste la fe,
esposa y madre preocupada,
muchas tristezas se clavaron
durante tu vida en tu dolido corazón,
sin embargo, nunca te desesperaste
ni te afligiste, ni desfalleciste, ni perdiste la fe,
con paciencia y constancia, con gran fe y esperanza,
con tus rezos clamaste al Cielo, rogaste al Señor,
pidiendo auxilio para tener paz y armonía en tu hogar.
Con confianza, persistencia y tesón,
con gran fe y profunda esperanza,
rezaste diariamente por la conversión
de tu violento y libertino esposo, Patricio,
y de tu amado, pero licencioso, hijo, Agustín.
rezaste diariamente por la conversión
de tu violento y libertino esposo, Patricio,
y de tu amado, pero licencioso, hijo, Agustín.
Concédeme la misma fortaleza,
paciencia, esperanza y confianza en el Señor.
Intercede por mí, querida Santa Mónica,
para que Dios pueda escuchar
favorablemente mi súplica
y me envíe sus bendiciones y pueda así solucionar
los problemas que me afligen y causan dolor
y tanto daño causan en mi familia y hogar:
para que Dios pueda escuchar
favorablemente mi súplica
y me envíe sus bendiciones y pueda así solucionar
los problemas que me afligen y causan dolor
y tanto daño causan en mi familia y hogar:
(hacer con gran fe la petición).
Confiando en ser atendido-a
y en obtener prontamente mi demanda,
y en obtener prontamente mi demanda,
te ruego hagas posible que todo se solucione
y que, con la bendición de Dios,
mi hogar sea un recinto de amor, unión y paz,
donde reine la concordia, la fidelidad y la tranquilidad,
donde no haya discusiones, ni peleas,
ni rencores, ni infidelidades, ni humillaciones,
y ninguno de los vicios o dependencias
que tanto nos dañan y hacen que no seamos felices.
Te pido santa Mónica le solicites también
que me conceda la gracia de aceptar su voluntad
en todas las cosas,
por medio de Jesucristo, nuestro Señor,
en la unidad del Espíritu Santo,
un solo Dios, por los siglos de los siglos.
que me conceda la gracia de aceptar su voluntad
en todas las cosas,
por medio de Jesucristo, nuestro Señor,
en la unidad del Espíritu Santo,
un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Amén. +
ORACIÓN DE SÚPLICA AL SEÑOR
Oh Padre nuestro, Dios de todo consuelo,
que observaste las devotas lágrimas y ruegos
de tu fiel y humilde sierva Santa Mónica
y, al escuchar sus rezos, le concediste
la conversión de su marido
y el regreso penitente de su hijo, Agustín,
apiádate de nuestros sufrimientos y preocupaciones
y con tu infinita misericordia ayúdanos a resolverlos,
sabes que pedimos con toda nuestra confianza
y que de Ti todo lo esperamos.
Señor, concédenos a nosotros también las gracias
que te imploramos con verdadero celo,
para que así podamos obtener como ella,
la salvación de nuestra alma
y de las almas de nuestros allegados.
Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
Para mejor agradar al Señor y la Virgen
reza tres Padrenuestros, tres Avemarías tres Glorias.
Repite con fervor la oración y los rezos
durante tres días consecutivos.
NOTAS SOBRE SANTA MÓNICA
(Argelia 332- Roma 387).
Es conocida por conseguir la conversión de su hijo San Agustín de Hipona y conseguir el arrepentimiento de su marido.
Su nombre significa “dedicada a la oración y a la vida espiritual”. Casada con un hombre de mal carácter, mujeriego y jugador, sufrió largos años de estallidos de ira hasta que logró, mediante la oración y el sacrificio convertirlo. También fue largo y doloroso el proceso de conversión de su hijo mayor Agustín, tuvo la ayuda se San Ambrosio.
Se la invoca para solucionar los problemas causados por el alcohol, por ludopatía o por tener amantes.
Es valiosa intercesora y patrona de: las víctimas de abusos físicos o psíquicos, de los que sufren por adulterio, de los que en su matrimonio tienen problemas conyugales, de las personas con dependencias, de las víctimas de humillaciones, de los que son infelices por peleas con su pareja, de las mujeres solas o casadas o viudas que pasan calamidades, de los padres que tienen hijos rebeldes, agresivos, irrespetuosos y de mal vivir.
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